Angel (Min Yoongi) ~Terminada~

Capítulo 6

Aquí un nuevo capítulo!!

Siento mucho demorarme en actualizar tanto, pero con este fic se me hace muy difícil encontrar inspiración. -c mata-

Déjenme comentarios para saber si quieren que siga actualizando o ya olvidar este fanfic.

Sin más preámbulos, comencemos.

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Me quedé dormida de tanto llorar. Dicen que las personas que lloran antes de dormir tienen pesadillas... pues yo lo confirmo.

Esa noche soñé lo peor que alguna vez haya pasado por mi mente. Nunca antes había tenido un sueño tan horroroso como el de hoy. Esta vez Suga ya no se encontraba sólo llorando, era peor, Yoongi estaba siendo torturado.

Desde lejos podía ver a Yoongi amarrado y con los ojos vendados, lleno de golpes y heridas, en medio de un grupo de sombras negras que reían de una manera diabólica. Tenían voces profundas porque los podía escuchar hablar pero era ininteligible, parecía como si estuviesen hablando en un idioma que nunca he escuchado.

A los pocos segundos uno de ellos lo golpea con una especie de arma de metal. Suga gritó. Fue un grito demasiado desgarrador y la sangre empezó a brotar.

Abrí mis ojos los más que pude y sin pensarlo dos veces me eché a correr hacia esa dirección, pero otra vez el pasillo se volvía interminable, haciéndome imposible llegar hasta él. Mientras más pasos daba, más se alargaba.

Vi cómo volvían a golpearlo y Suga no podía defenderse por estar con las manos atadas. Lo único que podía hacer era gritar.

Estaba preocupada por él. Corría aún más rápido, con las lágrimas brotándome de los ojos. Necesitaba llegar a él... pero nada, el pasillo se hacía cada vez más largo que poco a poco dejé de verlo, solo podía escuchar sus gritos. Aun así, él no pedía ayuda y no se quejaba.

-¡Yoongi! –grité abriendo los ojos-

-Olvida eso –me abrazó-

-Suga –correspondí a su abrazo y me apegué a él- ¿estás bien? ¿No te hicieron daño?

-Soy el todopoderoso Min Suga, a mí nada me puede hacer daño –su voz resonó en su pecho-

-No quiero que nada malo te pase...

-Nada malo me pasará, pequeña. Tranquila –besó levemente mi cabeza- mientras me mantenga a tu lado nada malo nos ocurrirá.

-Entonces nunca te alejes –lo miré a los ojos. Este cogió mi rostro y limpió los rastros de lágrimas con sus pulgares-

-Ya te dije que nunca lo haré... qué parte no entiendes, chiquilla tonta –golpeó mi frente con su palma- ahora vuelve a acostarte que ya es tarde.

-Tengo que ponerme pijama –iba a levantarme, pero Suga me empujó para que no lo hiciera-

-Yo ya lo hice por ti –me miré la ropa y era cierto, estaba en mi pijama rosa de hipopótamo-

-¡ME HAS VISTO EN ROPA INTERIOR! -me sonrojé- ¡¿ESTÁS TÚ LOCO?! -tapé mi cuerpo con mis manos-

-___, te vi nacer. No hay nada que no sepa de ti –volteó los ojos- ahora duérmete.

-No quiero -negué con la cabeza-

-No te estoy preguntando, te lo estoy ordenando.

-No.

-___ -suspiró pesadamente y se cogió el entrecejo- no me hagas perder la paciencia.

-¿Y si vuelvo a soñar eso?