Capítulo treinta y uno

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Derek 

-James y Osvaldo, no saben lo bien que me siento, fui a hablar con Cecilia, decidimos terminarlo, pero no de una forma agresiva ni nada, simplemente como dos personas adultas, estoy feliz hermanos-dijo Derek a sus amigos.

-¡Qué bueno Derek, me alegra mucho que hayas hecho las cosas bien, sigues siendo todo un caballero hermano! dijo James.

-Si , lo bueno es que cuando hablé con ella en la cafetería me dijo que estaba casada por desgracia y que tiene una hija que es su razón de ser, ahí le aclaré que estaba comprometido y que mis sentimientos no estaban claros hacia Cecilia.

-¿Derek, entonces todavía estás enamorado de Adelyn?-dijo Osvaldo.

-Amigo, esa palabra se queda corta, lo que ella me hace sentir de tan solo imaginarla me vuelve loco, estoy más que enamorado, lo que siento ni siquiera por Cecilia lo he sentido. Ahora mi tarea es luchar por Adelyn . Dijo Derek.

-¿Y cómo es eso que olvidaste a Cecilia así por así?-dijo James

-Hermano, no te confundas, no fue que la olvidé así por así, el amor se fue desvaneciendo poco a poco, imagínate cinco años sin vernos, sabes que el noviazgo es tarea de dos no de uno. Talvez nos acostumbramos mucho, pero ya todo terminó.

-¿Les conté que Adelyn y yo nos besamos? Dijo Derek emocionado.

-¡Ay Derek! ¡Ya te perdimos! ¡Ya lo dijiste con lujo y detalles!- dijo James.

-¡Ah! Verdad que ya se lo conté, es que estoy tan emocionado. Bueno, debo irme, hablamos luego. Dijo Derek saliendo de la oficina.

Mi más bonita casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora