Capítulo treinta y tres

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Por fin ya puedo decir que soy una mujer libre. Hubaldo me firmó el divorcio, me mudé a una nueva casa con mi hija Sophie.

Derek había terminado con Cecilia, es decir, que Derek y yo somos completamente libres para vivir nuestro amor.

Sophie se quedaría con Charlotte ya que esta noche debo de hablar con Derek y darle la noticia de que ya no hay nada que nos separe.

Llamé a Derek para que habláramos en mi casa porque lo que tenía que decirle no podía ser por teléfono.

Cuando llegó me preguntó:

-¿Por qué no me lo dijiste Adelyn?

-¿Decirte qué, Derek? Le pregunté mirándolo a sus ojos.

-Que ya eres libre, que ya te divorciaste. Dijo abrazándome.

-Justo ahora te lo iba a decir, por eso te dije que vinieras. Dije correspondiendo a su abrazo.

-¿Entonces me amas, ya no hay nada que nos impida estar juntos? Dijo mirándome a los ojos.

-Si, te amo, ya nada podrá separarnos.

Tomó mi cara entre sus manos , nos besamos, nos abrazamos, nos acariciamos. Llegamos a mi habitación sin dejar de besarnos, Derek empezó a quitarse su chaqueta, yo comencé a hacer lo mismo.

Me colocó en la cama con delicadeza, se puso encima de mí, besó mi cuello, acarició mi espalda, mordió mis labios y de un momento a otro ya estábamos completamente desnudos.

Estar con Derek de esa manera se sentía como estar en el cielo.

-Te amo Derek, me haces muy feliz , dije besando sus párpados consecutivamente.

-Yo te amo más, y tú eres la que me hace feliz a mí correspondiendo al gran amor que te tengo. Contestó Derek acariciándome.

-Me encanta estar contigo de esa manera, ahora el amor que te tengo se notará más, le dije a Derek.

-¿Y por qué no quieres que se note ,mi amor? Dijo acariciando mi espalda.

-Porque está mi niña de por medio, y no quiero que piense lo que no es, por ella tengo que ocultar este amor aunque sea por un tiempo. Dije abrazándolo

-No mi amor, tú y yo nos amamos, esperamos años sufriendo ahora es justo que aprovechemos esta oportunidad para ser felices y gritar a los cuatro vientos que nos amamos.Dijo sentándose en la cama.

-Derek, yo también te amo y me muero de ganas por gritarlo al mundo entero, pero entiéndeme ¿si? Solo será un tiempo.

-Está bien mi amor, te comprendo, pero solo será un poco, ¿si?

-Si mi amor, solo un poco. Gracias por entender

-Siempre te voy a comprender Adelyn, ya quiero que llegue el día en que nos casemos, que formemos una familia, despertar a tu lado todos los días. ¡Hacerte el amor todos los días para que sepas cuánto te amo!

-Derek, ¡Eres tan especial. El conocerte me cambió la vida, eres único en este mundo, como tú no hay dos, cualquier mujer desearía tenerte y yo tengo esa dicha de que estés a mi lado y que me ames de esa manera.

-Mi amor debemos levantarnos, salimos en 20 minutos.

-¿A dónde mi amor? Dije sorprendida

-¡A vivir nuestro amor! Me contestó Derek.

-Y con esas palabras terminamos besándonos.

Luego salimos a un restaurante de un Hotel que se encontraba aquí cerca.

Mi más bonita casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora