Capítulo ocho

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Adelyn 

Terminé de prepararme, y me puse lo que había elegido mi madre que no estaba para nada mal.

-¡Adelyn, ya Derek está aquí, date prisa!

-¡Ya voy mamá, dije cerrando la puerta de mi cuarto!

Cuando me dirigí a la sala ahí estaba Derek.

-¡Estás muy hermosa Adelyn!

-Gracias Derek, tú también.

-¡Muy bella mi niña!

-Gracias mami.

-Prometo traérsela temprano, sana y salva. Dijo Derek.

-No hay problema, confío en ustedes. Los quiero y se me cuidan

-Adiós mami. Dije dándole un beso.

Caminamos hasta el estacionamiento, Derek trajo el auto de su padre, antes de subirnos me tomó de las manos y me dijo:

-De verdad que estás más hermosa que nunca Adelyn. Dijo para luego besar mis manos.

-¡Gracias Derek!-dije nerviosa.

Lo único que se me ocurrió fue abrazarlo fuerte como si fuera la última vez que lo vería.

Y para mis sentimientos era así , ya debía olvidarme de él, Derek confesaría sus sentimientos a otra persona, y yo estaba ahí apoyándolo y muriéndome por dentro.

-¡Te quiero Adelyn! Dijo besando mi cabeza.

-También te quiero , Derek. Dije abrazándolo aún más fuerte.

-Vamos, se nos hace tarde. Dijo soltándome para abrir la puerta delantera del auto y ayudándome a subir.

-¡Gracias Derek!

-De nada, pequeña. Dijo antes de rodar el auto.

Cuando se subió al auto prendió el radio y puso la canción : A gritos de esperanza de Alex Ubago.

Me quedo fijamente mirando el tablero, y veo un dibujo.

Él se da cuenta que lo he visto y me dice:

-¡Puedes tomarlo! ¡Es tuyo!

-¡Derek! Está hermoso. ¡Gracias! Pero no debiste molestarte.

-No es molestia Adelyn, tú me inspiras, además ¿Sabes por qué lo hice?

-¡No! ¿Por qué?

-El día que estabas tocando en el jardín del Instituto, ibas vestida así, estabas muy relajada y en esa misma posición.

-¡Wow Derek, me dejas sin palabras!

-¡Ya llegamos Adelyn!

Intenté abrir la puerta pero Derek no me dejó.

-¡Ni lo intentes, yo abro! Dijo bajándose del auto para abrirme la puerta.

Cuando la abrió me tomó de la mano y me ayudó a bajar.

-¡Gracias Derek!

-De nada, entremos. Dijo entrelazando nuestros brazos para entrar al restaurante.

Nos sentamos en una mesa para dos, había un arreglo alto con rosas azules y blancas.

-Derek me dijo:

-Comienza a grabar, que ya casi viene. Ahora vuelvo

Cogí mi cámara y comencé a grabar, en un momento Derek se desaparece y luego viene una muchacha que no conozco con un ramo de rosas azules y está caminando hacia mi.

Mi más bonita casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora