14. The Wyatt Family

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Era de noche y había una fiesta presidencial en el barrio, era la bienvenida a la autoridad, estaban simpatizantes de aquel gobierno y también detractores, pero todo se encontraba tranquilo, había muchos niños y los pequeños Wyatt aprovecharon la oportunidad para quedarse en el parque, que se encontraba solitario.

- No hay nadie hermanos, síganme – Decía Bray.

- Bray vámonos, de seguro nos está buscando Abigail.

- Tranquilo Luke, yo le dije que íbamos a estar aquí.

Los cuatros niños empezaron a jugar.

Mientras que en la fiesta presidencial también se encontraban Dean y Reigns.

- Roman, vamos al parque, esto es aburrido.

- No Dean, esto es importante, quiero saber que dice ese hombre malo, lo que diga él dependerá nuestra amistad.

- ¡Qué idiotez! Un hombre feo no dirá si se acaba o no nuestra amistad. No desperdiciemos tiempo escuchando estupideces y vayamos a jugar.

- Está bien Dean, sólo porque así lo quieres.

Los pequeños fueron caminando hacia al parque y cuando llegaron se dieron cuenta de que estaban los pequeños Wyatts ahí.

- ¡Miren! Esas nenas raras no están mirando – Dijo Erick de manera burlesca.

- Ja- Ja! Muy gracioso niño, acaso no te han enseñado respetar o ni siquiera sabes que son las nenas, porque nosotros somos niños. – Dijo Dean.

Erick se disponía a golpear a Dean pero Bray lo detuvo.

¿Qué hacen aquí niños? Es mejor que se retiren, no quiero que haya problemas. – Dijo Luke.

- Dean, por favor vámonos esos niños son peligrosos – Dijo Roman.

- No amigo, no iremos a ninguna parte. Primero porque para ti hasta una hoja de papel es peligroso y segundo porque el parque no es de ellos, es de todos los que viven aquí.

- ¿Acaso los conoces Luke? – Interrogaba Bray a su hermano.

- Sí, los conocí en el camino extenso de nuestra casa del árbol.

- ¿Y qué hacían estos mocosos ahí? – Preguntó enojadísimo Bray.

- ¿A quiénes les dices mocosos? – Dean gritaba dispuesto a golpear en la cabeza a Bray.

- Detente Dean, por favor – Lo detuvo el pequeño Roman a Dean.

- Sólo paseaban y encontraron nuestra máscara y cuando me vieron la devolvieron. – Respondió Luke a su hermano.

- Conoces las reglas Luke – Dijo Erick.

- Lo sé, pero ellos son diferentes, bueno, sobretodo Dean. No nos trata como los demás niños.

- De todas maneras tomaremos el parque esta noche. – Dijo Bray.

- ¿Pero por qué? – Preguntaba titubeando Roman.

- ¿Por qué? Preguntas ¿Por qué? ... Durante tantos años los otros niños se creen superiores a nosotros. No nos dejan jugar y creen que somos malos, pero no es así y lo peor, es que se burlan de nuestro hermano menor Braun. – Respondió melancólicamente Bray.

- Yo no me burlaría de ustedes, no lo he hecho y no lo haré. – Decía Dean

- Lo sé y gracias. Pero te pido que esta noche nos dejen sólo a mí y a mis hermanos aunque sea por primera y última vez. – Dijo Bray.

- Así será. Pero no será la última vez, como todos los niños jugarás todos los días que quieras. Y si los miran mal o se burlan de ustedes, avísenme que yo les daré sus pataditas. – Dijo Dean.

- Gracias, quizás no sea por mucho que sigamos aquí – Dijo Luke.

- ¿Acaso se cambiarán de casa por todo el rechazo de los otros niños? – Preguntaba Roman.

- No. Todos nos iremos. Mi hermano Erick escucho a la autoridad hace días discutir sobre un parque más grande que harán para su hijo. Él se opuso, porque nos desalojarán a todos y ya saben, el tipo ese quiere ganar la relección y lo más triste es que aun haciéndole tanto daño a esta nación aún hay idiotas que votarán por él. Pero le aseguró a su esposa, que apenas gane reconsiderará en construir el capricho de su mocoso. – Dijo Luke a Dean y Roman.

- ¿Y ya le avisaron a algún mayor lo que discutían esas ratas? – Preguntaba Dean.

- Por supuesto, pero ¿Qué van a saber de política cuatro niños? – Respondió Bray.

- Que injusticia – Decía Roman todo triste mientras se sentaba en el piso.

- No sabes cómo me muero de las ganas de conocer al niño ese para romperle la cara – Decía el pequeño castaño.

- Todos queremos lo mismo, pero por ahora sólo nos queda disfrutar de lo que nos queda. – Dijo Erick.

- Bueno chicos, retírense, mis hermanos y yo queremos estar solos. – Dijo Luke.

- Y gracias por entendernos. Cuenten con nosotros para lo que sea – Dijo amablemente Bray.

- De nada amigo y gracias, los veo luego – Decía Dean mientras levantaba a Roman del piso.

Dean y Roman regresaron a la fiesta y el padre de Seth estaba dando un sermón inspirador a la ciudadanía. Su hijo lo miraba desde el público.

- Esto está mal Dean. La vida es tan dura.

- ¡Hey! Tranquilo amigo. Qué tal si nos hacemos amigos de ese niño y así le pedirá a sus padres que no hagan nada con este lugar.

- Tú crees que funcione.

- Claro, mira. Tenemos domados a los Wyatt. – Respondía Dean mientras estaba parado de espalda detrás de Seth.

- Confiaré en ti Dean, como siempre pero solo espero que no pase nada malo – Decía el pequeño Roman.

Las Aventuras Del Bebé Dean.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora