4. El juguete de los niños del camino extenso.

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En una tarde muy calurosa se encontraban en el parque Dean y Roman sentados debajo de un árbol que proporcionaba sombra; aburridos sin saber qué hacer y qué jugar cuando un sol intenso los iluminaba, pero tampoco querían entrar a sus hogares ya que adentro los pequeños sentían que se ahogaban. Prácticamente afuera estaba algo fresco.

¿Y ahora qué hacemos? - Pregunta Dean

No lo sé pero si seguimos aquí sentados sin hacer nada mi mamá me pedirá que entre y adentro es aburrido y no quiero pasarme el resto del día viendo tv. - Respondió Roman.

- Bueno entonces qué dices?

- ¿Qué tal si caminamos por todos éstos árboles? - Sugirió Roman.

*Dean miró un camino extenso que estaba rodeado de árboles... Era un lugar fresco para dar un paseo con alguien.

El castaño aceptó dar el paseo, ambos se levantaron y empezaron a andar.

Sólo hay muchas plantas aquí y me están picando los mosquitos - Dijo Roman

Tú dijiste que querías caminar, eso estamos haciendo. Además quiero ver hasta donde termina este camino . ¿Sabes lo que hay al final? - Dijo Dean

No, pero he visto entrar unos 4 niños raros entrando y saliendo de aquí como si nada... No sé como no te puede picar estos insectos Dean, me quiero largar de aquí. - Reclamó el pequeño samoano.

- Un rato más Roman, sigue y te prometo que mañana te daré galletas, todas las que quieras. Además si nos vamos de aquí tu mamá te hará entrar a casa.

- ¡Por la leche de mamá! Ganaste Dean pero mañana me darás todas esas galletas.

- Está bien.

- Mira!!!!!! - gritó Roman

- ¿Qué? ¿Te ocurrió algo amigo?

- Noo, mira ¿es esto un juguete? - Se preguntaba Roman

- No lo sé, es una ovejita, bueno sólo la cabecita. ¿De quién será?

- De esos niños raros de quiénes te hablaba Dean... Ellos salen y entran de aquí nadie más yyyy... en la noche entran con luces en manos... Parece que no se tienen más que sólo ellos.

- Tienen padres? ¿Los has visto? - Interrogaba el pequeño Dean a su amigo.

- No, sólo a ellos.

- Entonces vamos a entregarles esto. - Dijo el castaño

- No Dean!!! y si son niños malos?

- Eso no existe!!!

- Sí, mi mamá me dice que me encerrarán con niños malos si no me como mi papilla. Tengo mucho miedo. - Dijo el temeroso samoano.

- Tranquilo amigo, vas conmigo. Vamos a lo mejor no tienen muchos juguetes como nosotros... Y de ahí los llevamos al parque para que jueguen al parque con nosotros.

- Está bien Dean lo haré, pero sólo por tus galletas.

- Dale.

Las Aventuras Del Bebé Dean.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora