Capítulo VII

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Había pasado bastante rato desde que Ian había dejado a la joven en aquella habitación, Clarke en cierto modo lo agradecía, agradecía un momento de descanso, había podido descansar las piernas, no estaba acostumbrada a andar tanto, y más después de que llevase meses sin salir del Arka, se encontraba intranquila, nerviosa, confusa, de cierta forma quería volver a ver a Ian, parecía un buen tipo y quería respuestas al igual que ella.

De repente, se escuchaba algo de ruido fuera, unas voces se acercaban a la puerta, ¿vendrían a por ella? Clarke intentaba tranquilizarse, pero no podía evitar ponerse algo nerviosa, la puerta se abrió.

-Ian: Bueno, vamos a ver de qué va todo esto.

Clarke alzó la vista, y no pudo creer a quién vio detrás de Ian. Su cuerpo se paralizó, su boca empezó a secarse, su respiración era agitada, parecía que su corazón le iba a salir del pecho, una lágrima recorría su mejilla, notaba como las manos le empezaban a temblar.

-Ian: Aquí tienes a tu Heda.

Clarke no daba crédito, dios mío, no podía ser cierto, era....era Lexa. ¿Cómo era eso posible? La había perdido por dos veces, y de nuevo la tenía enfrente. Realmente quería lanzarse hacia Lexa, quería abrazarla, besarla, sentir su olor, sus brazos rodeándola, pero algo era diferente. La expresión de Lexa no emitía ninguna emoción parecida a la que Clarke estaba sintiendo, no era la chica que lloró mientras se besaban el día que se iban a separar, su mirada sólo le trasmitía frialdad, su gesto era duro, le recordaba a la primera vez que la vio en su tienda, sentada en el trono, agarrando el cuchillo que ahora ella misma tenía bajo su propiedad. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Su mente estaba jugando con ella de nuevo? ¿De qué trataba todo eso?

-Ian: ¿Qué ocurre Clarke? ¿Algo va mal?

A Clarke le costaba articular palabra, pero por fin pudo decir algo.

-Clarke: No...no, no es posible....

Mientras negaba con la cabeza, notaba como sus piernas le fallaban, pero Ian llegó rápido hacia ella y la pudo sostener, ayudándola a sentarse en una silla.
Clarke notaba la mirada de Lexa, siempre sabía cuando ella la miraba, y aunque ahora parecía que esa no era su Lexa, seguía sintiendo como sus ojos se clavaban en ella.

-Ian: Clarke, ¿estás bien?

Ian se preocupaba de la joven, no entendía la perplejidad de la situación. Sabía que la chica Skaikru no era tan fuerte como los grounder, pero también había podido conocerla mejor en su travesía, y sabía que Clarke era de voluntad fuerte, ¿por qué aquello la estaba atormentando tanto? ¿qué ocurría?

Clarke se levantó de repente de la silla, se dirigió hacia Lexa, esta retrocedió unos pasos al ver como la rubia venía hacia ella, pero finalmente se dispuso a encararla, Ian iba a parar a Clarke, pero Lexa levantó la mano en símbolo de que dejara a la rubia actuar.

Clarke estaba apenas unos centímetros de Lexa, la observaba, no podía apartar su mirada de aquellos ojos verdes que tanto le habían dicho con anterioridad, pero no encontraba a su Lexa en ellos, eran distantes, no le decían nada.

Lexa notó como Clarke agarró su mano, intentó desprenderse de ella, pero una parte de ella misma le dejó hacer.

-Clarke: Estabas....muerta

Lexa frunció el ceño.

-Ian: ¿Qué estás diciendo Clarke?

-Clarke: Lexa murió.

-Lexa: Es imposible, ni caso Ian. Noa tenía razón, esta chica nos está tomando el pelo.

-Ian: Vamos Clarke, ¿es qué no la ves?

WE ARE WHAT WE ARE  (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora