Capítulo XXXIII

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Mientras avanzaba hacia la plaza central donde Enam ya la estaba esperando, escuchaba el murmullo de la gente que los rodeaba, no distinguía ninguna palabra clara, sentía cómo los ojos de aquella gente se clavaban en ella a su paso, mientras su enemigo sonreía cada vez que la distancia entre ellos se recortaba.

Intentaba estar lo más alerta posible de todo lo que sucedía a su alrededor, de cada movimiento, de cada ruido. Observó como Enam decía unas palabras, tras las que las sillas de los embajadores empezaron a estar ocupadas por sus representantes. Quedando tanto ella como su enemigo justo enfrente de ellos.

Observó que Enam daba otra señal, esta vez a uno de sus guardias, el cual apareció con alguien fácilmente reconocible para ella, su hermana Luna. Estaba amordazada y atada de pies y manos con unas cadenas que le impedían la movilidad. La pusieron justo a un lado, bajo el escenario, ante la atenta custodia de dos guardias.

Contempló su mirada, una mezcla de tristeza y alegría, tal y cómo posiblemente estuviera reflejando la suya propia hacia su hermana. Se alegraba de volver a verla, de saber de ella, pero la tristeza de contemplar su situación y el maltrato por el cual habría tenido que pasar le rompía por dentro, como si lanzasen un cristal contra el suelo.

Lo siguiente a lo que su cuerpo y mente reaccionaron fue a la voz de su enemigo, llamando su atención para que diera comienzo el enfrentamiento.

Se alejó un poco de él, observando cómo se dirigía hacia uno de los guardias que le ofrecía una espada. Ella llevaba hace rato la suya consigo, la sujetaba en su espalda, la controló en sus manos cuando observó que Enam ya había cogido la suya y se giraba buscándola con la mirada.

Examinó el movimiento de su enemigo, parecía seguro y confiado. Caminaba con cierta altanería hacia ella, ganando cada vez más espacio. Alzando alguna que otra palabra, intentando animar al público, el cual apenas reaccionaba.

Ella en cambio no se movía, lo esperaba sin apartarle la vista de encima.

Lo escuchó decir algo cuando ya lo tuvo lo suficientemente cerca como para alcanzarlo con su espada en un movimiento rápido, pero se contuvo. Seguía esperando.

Hasta que llegó lo que andaba esperando, que Enam atacará primero.

Observó como levantaba su espada y realizaba un movimiento deslizante delante de ella, apenas se inmutó del sitio, sólo inclino su cuerpo un poco hacia atrás, dejando que la espada pasase limpia, sin encontrar ningún obstáculo.

Enam volvió a repetir un movimiento parecido, pero ahora cruzando su espada hacia arriba. Lexa repitió la jugada, esta vez echando un par de pasos hacia atrás, pero sintiéndose tranquila en el sitio.

Cuando el enemigo intentó por tercera y hasta cuarta vez llegar a herirla sin conseguirlo, pudo observar que la mirada de Enam comenzaba a cambiar, su mirada relajada y hasta risueña del principio pasó a ser algo más ruda con el ceño fruncido.

Además se sumaba que a cada movimiento en falso que realizaba y a cada respuesta correcta que el cuerpo de Lexa realizaba, el público comenzaba a animarse, se escuchó alguna que otra exclamación y entusiasmo hacia la ex comandante, lo que hacía que Enam cada vez se enervara más.

Una vez que consiguió poner algo nervioso a su enemigo, fue su turno.

Sin que lo viese venir, Enam recibió un contundente puñetazo por parte de Lexa con la mano que empuñaba la espada, haciéndolo descolocarse ante la situación, aprovechando para pasar rápidamente detrás suyo y asistirle una patada detrás de una de sus rodillas y tirarlo al suelo.

WE ARE WHAT WE ARE  (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora