EMBOSCADA.

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-CINCO-

El chico número tres no volvió a hablarme por los próximos cuatro días, sin embargo, mi paranoia iba en aumento. Todo el tiempo me sentía observada, creía que podría encontrármelo en cualquier momento. No estaba segura de nada, desconfiaba de cada sonido fuera de lo común. Todo se complicó tanto. 

Este día no era diferente. La inseguridad sobre cada paso que doy es tan insoportable. Trato de dar respiraciones tranquilas, cerrar los ojos y buscar mi paz interior. 

Me deprimió que la mujer de la cocina fuese nueva. Hablé con Harry de eso pero no quiso decir mucho al respecto, así que supuse lo peor... La pobre mujer murió con aquello de las bombas. Era triste, puesto que fue la única mujer con la que podía hablar cuando Harry me mantenía encerrada, aunque nuestras conversaciones no duraban mucho, llegué a apreciarla. 

A estas horas de la mañana simplemente no se me antoja mucho, lo único que me apetece es salir a sentarme en el balcón de la habitación. Con un pantalón de pijama, y un suéter cubriendo mis brazos desnudos, salgo al balcón, con una taza de café humeante. El viento fresco golpea contra mi rostro y siento un escalofrío. 

No tengo ni la más mínima idea de donde está Harry. Cuando desperté esta mañana él no estaba ahí, tampoco pregunté donde se había metido. 

Los rayos del Sol me pegan un poco pero no lo suficiente como para hacerme entrar en calor. 

Con mi café ya terminado, decido volver a la habitación. Bajo hasta la cocina para dejar la taza, me he acostumbrado a la inmensidad de el lugar, ya no me es tan complicado llegar a algunos lugares, sé llegar a la entrada, la cocina, y el patio trasero, y por el momento, eso es lo único que me interesa. 

La cocina está vacía lo cual es muy raro puesto que la nueva mujer siempre está haciendo algo. Dejo la taza sobre el fregadero para después salir de ahí e ir al jardín trasero. Hace unos días descubrí una piscina, pero con este frío no me atrevería ni a acercarme. En cambio, tomo asiento en una cómoda mecedora. 

Mis pensamientos vagan y mantengo mis ojos cerrados, la paz que siento en el momento es interrumpida bruscamente por un derrape de llantas. Desconcertada, abro los ojos y observo a mi alrededor. A pesar de estar lejos de la entrada, pude escuchar mas llantas rechinar contra el pavimento. Algo está pasando. 

Me adentro de nuevo a la casa, veo a varios chicos corriendo hacía la entrada, incluidos Liam y Zayn. El sonido de disparos tan repentino me perturba. 

Corro en busca de alguien que me diga que está sucediendo. Pronto, el sonido de diversos disparos se escuchan y una alerta se inicia en mi cabeza. Soy presa de la confusión y no sé si subir corriendo a la habitación y ocultarme, que alguien me explique que sucede o salir y ver yo misma lo que está ocurriendo. 

No soy consciente de cuanto tiempo me quedo parada como idiota mirando a la nada, cuando veo a Harry entrar corriendo, una pistola en su mano, sangre en su ceja y la respiración agitada, la mirada de un toro bravo. 

No tarda dos segundos en encontrarme con la mirada y camina hasta mi. 

— Sígueme. — dice simplemente.

— ¿Que sucede? — pregunto. Los disparos se incrementan. 

No responde, se limita a caminar y yo lo sigo. Me conduce por un pasillo largo, tantas puertas me causan una gran curiosidad. Finalmente, se detiene frente a una de tantas, la abre con una llave que ha sacado de su bolsillo y me estira con él. 

Es una armería. Mucho más grande que la de la casa antigua. Harry toma un arma de una estantería, abre y cierra cajones hasta que encuentra lo que busca. Saca varios cartuchos. 

The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora