ACCIDENTE.

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-Treinta y uno-

Me asomo por la ventanilla, sacando la mitad de mi cuerpo, apunto el arma en dirección a la camioneta que nos sigue y disparo. ¡Diablos! Harry tenía razón, es gatillo es sensible, acabo de disparar tres veces por accidente.

Suelto un sonido de impresión ante la potencia de la Magpul FMG9, escucho a Harry reírse a mis espaldas.

Me disparan de regreso, pero Harry es impresionante al volante y logra sacarle vuelta a las balas. Muerdo mi labio y apunto a la camioneta, alguien se ha asomado desde los asi5entos traseros. Son dos contra una pero confío en mí y en Harry.

—Son dos, Harry. — digo en tono alto, para que pueda escucharme, ya que el viento hace todo más difícil.

—Maldición. Entra, queda un arma en la maleta, pásamela.

Me adentro al auto de nuevo, Harry mantiene las manos en el volante y yo me pongo a buscar el arma extra en la maleta. Sí, hay una Desert Eagle, la favorita de Harry. Sonrío y antes de volver correctamente a mi asiento, una bala termina por explotar el medallón del auto. Los vidrios saltan por todas partes y ahogo un chillido antes de esconderme en el asiento.

— ¡Dame el arma!

Le doy la Desert Eagle y vuelvo a asomarme para disparar. Presiono el gatillo, logro dar en el parachoques, pero se mueve tanto que es imposible para mí perforar una llanta. Escucho más disparos y giro la cabeza, Harry dispara mientras conduce, mantiene una mano en el volante, mientras su brazo cuelga de la ventanilla y dispara a la camioneta que nos sigue. ¿¡Cómo puede hacer eso!? Este hombre no deja de impresionarme.

Continuo disparando, y ellos también. Llega un momento en el que debo meter la cabeza, asustada. Harry ha perdido el control del auto por unos breves segundos. Ha puesto inmediatamente ambas manos en el volante y ha tratado de controlar la dirección en la que iba el auto.

— ¡Maldita sea!

Un sonido sordo nos hace sobresaltar y el auto está incontrolable, nos han dado en una llanta trasera. Las llantas rechinan en el pavimento mojado y resbaloso. Los vidrios de las ventanillas de atrás truenan cuando la camioneta nos alcanza y nos dispara.

Con el corazón en mi garganta, disparo desde la ventanilla, estamos cerca de ellos. La ventanilla del conductor ha quedado alineada con mi ventanilla, un hombre barbudo saca un arma y me apunta con ella.

— ¡Harry! — mi garganta duele cuando grito.

Aun así, disparo, haciendo que pierda por un momento el control de la camioneta. Harry aún sigue luchando por tener el control del auto. Vamos a una velocidad impresionante, no tenemos una llanta y nos están disparando. ¡Estamos perdidos!

Cuando el hombre barbudo recupera el control de la camioneta, nos golpean en el costado. Siento que mi cuello duele y el auto empieza a girar descontrolado. Me sujeto con fuerza de la ventanilla y pongo mis pies en el tablero, haciendo presión para no irme contra el parabrisas. Cierro mis ojos, presa del pánico. Nos estrellaremos.

Las llantas hacen un ruido ensordecedor, mis oídos se tapan y siento que el alma se me sale del cuerpo. Los segundos más aterradores pasan lentos y torturosos. El auto se detiene finalmente cuando se estrella de frente en un porte de luz mercurial. Mi cuerpo se va hacia adelante pero uso toda mi fuerza para empujarme hacia atrás. Mi cuello duele como el demonio, hemos chocado y el auto desprende humo. Las llantas de la camioneta que nos persigue, rechinan, y solo así sé que se han detenido. ¿Van a aprovechar el momento para matarnos?

— ¿¡Jen!? ¿¡JEN!? ¿Estás bien? — escucho a Harry. — ¡Sal del auto! ¡SAL DEL MALDITO AUTO, AHORA!

No puedo, me duele demasiado el cuello como para moverme. ¡No puedo moverme!

The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora