LA CARTA.

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 -UNO-

Mi vida había cambiado desde que me encontré al Demonio en el callejón, cualquiera diría que para mal, pero en mi opinión personal fue la mejor experiencia de mi vida. En tan solo meses vi muchas cosas y aprendí tanto. Aprendí a entregarme por completo a pesar de no recibir lo mismo a cambio, aprendí a defenderme, algo sumamente importante. Conocí gente increíble y otra no tanto. Experimenté cosas que no todo el mundo tiene la oportunidad de experimentar, viví al máximo y dejé que la vida me llevara a donde quisiera. 

Terminé la Universidad en línea, bajo otro nombre, obviamente. No supe más de mis antiguos compañeros. No sé que es de la vida de Denisse, o de Brandon, los demás chicos y chicas cuyos nombres nunca pregunté. En cuanto a lo de Sara... me siguen buscando, a mí y a Harry. Creen que yo la maté, mi foto salió en las noticias, están dando recompensa por mi cabeza. No sabía que tenía un precio. 

Mi familia me abandonó. Conseguí un teléfono y traté de llamarles, cuando conseguí que me respondieran les dije que era yo, no me dejaron explicarles, me llamaron asesina, y me dijeron que no me conocían. Debo admitir que me dolió más el rechazo de mi madre, me dijo que no debí haber nacido, entonces cortó la llamada y cambiaron sus números. Ahora estoy sola. 

Louis viene seguido, pero ya han pasado tres semanas y no se ha aparecido, empieza a preocuparme. Cada vez que viene trae dinero, me cuenta como están las cosas y aunque no lo admita frente a él, me reconforta que hable de como está Harry. Al parecer cuándo se dio cuenta que me fui se puso como loco, destruyó la habitación, le rompió la nariz a Zayn porque se puso en su camino, duró así más de dos semanas. 

En cuanto a Alex, no lo volví a ver. Sé que no le dijo nada a Harry, estoy segura de eso, yo tampoco le conté a Louis que me lo encontré. 

Justo hoy estoy cumpliendo mis 21 años, me he conseguido una botella de whisky y planeo tomármela yo sola. Son ya las dos de la tarde y siento ganas de seguir durmiendo. 

Me saco las cobijas de encima y me siento al borde de mi cama. Tanto tiempo viendo la misma habitación, el mismo paisaje por la pequeña ventana, me siento en un manicomio. Me impulso hacia adelante para levantarme y camino con mis pies descalzos hasta llegar a la cocina. No tengo apetito de nada, así que solo me paro frente al refrigerador observándolo. Finalmente suspiro y salgo de ahí. Camino hasta la sala y planeo tirarme en el sillón hasta que veo algo tirado frente a la puerta. Un sobre que llama bastante mi atención. 

Con el entrecejo fruncido me acerco a la puerta, los nervios se instalan en mi estomago. No recuerdo haber pedido algo por correo. Hago lo posible por no hacer ruido ya que estoy desconfiada. 

Lentamente levanto el sobre y camino de regreso al sofá dejando el sobre en la mesa de centro. 

Tengo un debate interno, no estoy muy segura de abrir el sobre, es algo sumamente extraño, me preocupa. 

Finalmente lo tomo y lo abro, lo que tenga que pasar, que pase. 

Mis ojos viajan por las letras escritas en el papel, conforme mi voz interna me lee la carta mis ojos se van llenando de lágrimas. 

La realidad es tan difícil, de aceptar. Me niego, rotundamente. No es de él, esta carta no es de él. No puede ser de él. Leo una y otra, y otra, y otra vez queriendo que sea mi subconsciente que me juega una broma. 

Incluso al ver su firma al final de la carta me niego a aceptarlo. Él debió olvidarse de mi hace mucho, él probablemente ya no me recuerda, probablemente hace mucho dejó de buscarme, o nunca me buscó. Una lágrima cae sobre el papel y recién me doy cuneta de una mancha de sangre seca en el papel. 

The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora