Epílogo.

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*Dos años después, 16 de abril*

Cortamos la risa secamente, cuando uno de los hombres entró. 

— Señor, uno de ellos se escapó, lo atrapamos pero alcanzó a llamar a la policía. —  dijo un poco agitado. 

Harry maldijo en voz baja. Miré al rededor. Cuerpos tirados, sangre salpicando el lugar, comenzaba a oler mal. Me tallé la nariz. 

— Será mejor que nos vallamos. Jen...— alcé las cejas y le observé. — Nos vamos. — asentí. 

Habíamos pasado por este lugar para dejarle un lindo mensaje a un tal Victor, pero se nos atravesó más gente de la que creímos, y tuvimos que matarlos a todos.  

Caminamos a la salida tan rápido como pudimos, dejando el desastre y el hedor, atrás. Subimos al auto y salimos a toda velocidad. 

  — Llama a Liam, y ponlo en altavoz. 

Busqué el teléfono y marqué, unos cuantos segundos después, Liam contesto. El sonido de unas sirenas nos hicieron sobresaltarnos. ¡Mierda! Estaban tras nosotros. 

— ¡Maldita sea! ¡Liam! Necesito que te ocupes de algo, tenemos a la policía siguiéndonos— miró a través del retrovisor. — Y no son pocos. Tienes que armar algo, llama a los chicos, creen algo grande— una bala golpeó el vidrió del auto. Ambos nos encogimos en nuestros asientos. — ¡Maldición! Tienes que quitarnos de encima al menos a la mayoría de ellos. ¿Entendiste? 

Mientras Liam respondía algo, otra bala golpeó el auto. Harry aceleró, haciendo algunas maniobras para intentar esquivar las balas, bajé la ventanilla y cargué mi beretta, saqué un poco mi cuerpo por la ventana y les disparé de regreso. Sujetándome fuerte desde adentro, intenté darles a las llantas. Tras nosotros había gran cantidad de autos, uno estaba demasiado cerca. Las sirenas eran estridentes y la detonación de las armas se escuchaba con eco. 

Cuando me metí para poner otro cargador a mi arma, una bala quebró el espejo retrovisor de mi lado. Respiré hondo, entré en el momento justo. 

Harry miraba constantemente al retrovisor y maldecía, con un cargador lleno, salí y disparé de nuevo. El viento frío helaba mi rostro, pero eso no me impidió darle a uno de los autos. La llanta explotó y el auto voló dando varias vueltas hasta caer al pavimento, provocando el retraso de los que iban más atrás y no tuvieron tiempo de frenar. Aún así, teníamos tres más, encima.  

Disparos provenientes de mi lado me hicieron girar la cabeza. Harry tenía ligeramente el cuerpo afuera, disparando en dirección a los policías, con la otra mano aferrada al volante, asegurando el camino. 

Hombres se asomaron de la patrullas para regresarnos los disparos, hasta que nos dieron en una llanta. El auto se descarriló, obligándonos a Harry y a mi a volver dentro. Mientras él luchaba por mantener el control, me sujeté fuerte del tablero, al auto dio vueltas hasta perderse dentro de una calle, donde continuó andando con problemas. 

— ¡Salta del auto!—  gritó Harry. 

— ¡¿Estás loco?!— respondí mientras lo veía abrir la puerta de su lado. 

— ¡Si nos quedamos nos matarán! ¡Salta!— se estiró para abrir la puerta de mi lado. 

Harry saltó. ¡Maldita sea! ¡Salta! ¡Salta! ¡Salta! Apreté fuerte los ojos y me tiré fuera del auto, rodé unos cinco metros hasta detenerme. Había cubierto mi cabeza con mis brazos, pero estos se rasparon, dejándome dolida. Me quejé, había golpeado mi cuerpo fuertemente contra el pavimento. 

— Hay que movernos.— Harry llegó a mi lado, obligándome a levantarme rápido.  

Las patrullas dieron vuelta en la esquina y corrimos rápidamente a escondernos. Noté que el auto se había estrellado contra un poste. 

The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora