-Veinte- ((Cuarto capítulo del maratón))
— ¡90 mil euros! — se rasca la cabeza. — ¿Bueno qué pretendes que haga? ¡No es mi problema! Necesito ese dinero, pronto. ¡No me importa como lo consigas! Maldición, entonces hazlo. No, aquí no. En el restaurante. Sí, que nadie se de cuanta, no necesito mas problemas. ¡Hazlo como te de la gana! Nada de errores o te cortaré la cabeza. — termina la llamada.
Se sienta en la cama y se inclina hacia delante, poniendo sus antebrazos sobre sus rodillas.
— ¿Entonces? — pregunto, acercándome a él y abrazándolo por la espalda.
Se endereza, recargándose ligeramente en mi. Es tarde, muero de hambre y Harry dijo que bajaríamos pero antes debía hacer una llamada. Intenta recuperar el dinero que va a perder con lo de los Rusos. Intentaría hablar con los compradores para recuperar la mercancía, pero está empeñado en sacar ese dinero de otro lugar. Se ha puesto ha hablar con alguien, ni idea con quién. Por lo que entendí, tiene que ver con secuestrar y pedir recompensa. No pienso involucrarme en eso.
Negro. Todo es de ese color.
No veo, no escucho, no siento nada. No hay miedo, no hay frío o calor, todo se siente tranquilo. Mi cuerpo se eleva. ¿En dónde estoy? Tanta paz... me perturba.
No estoy preocupada, estoy relajada, como nunca antes me había sentido.
No tengo recuerdos, ni nada en mi mente. Entonces siento que caigo, algo me hace reaccionar, salir del extraño trance.
¿Qué es esto? ¿Harry? ¿Por qué es todo tan oscuro? ¿Por qué mis pies no tocan el suelo? ¿Estoy flotando? ¿¡Qué es esto!? ¿¡Dónde están todos!?
¿Cuál es mi último recuerdo? No lo sé. Intento recordar, quiero mover mis manos, buscar desesperadamente algo que pueda tocar, que me de una idea de donde estoy.
No puedo.
No me muevo ¿Estoy viva? ¿Mi corazón está latiendo? Estoy paralizada.
Comienzo a desesperarme, siento que todo se reduce, el aire comienza a faltarme. Me estoy ahogando. El espacio es pequeño, demasiado. Es como si estuviera recostada dentro de una caja. Escucho mis propios sollozos.
Caminas al rededor, el suelo es húmedo, el aire es espeso, el lodo se pega a tus pies descalzos, estás aquí sin nada. Danzando entre corazones verdes, el viento se los lleva. No llevas nada, tus uñas lastimadas. No encuentras nada. No escarbes, no lo hagas, te lastima. El final que buscas no es el que obtendrás. Mejor corre, o te encontrará. No la tientes, no la engañes, no la contradigas, no te escondas, te encontrará. Aléjate, antes de que ponga cristales sobre ti, busca el tiempo, huele el aire, no es lo que crees. El carmín se riega en todas partes, no duele. Tu rostro marcado, la maldad en tus ojos. Te trajo hasta aquí y te abrazó por última vez.
No hay segundas oportunidades. Será mejor proteger, ser protegido, mirar por ti, por ellos. No hables con extraños, no obtendrás nada, ellos quieren sacar lo peor de ti, te quieren destruir, no hay compasiones, no hay solidaridad. Solo eres tú.
Ahora estás aquí. Puso sus ojos sobre ti, y te atrajo, cegada como un insecto a la luz de un faro. Caminaste hasta aquí sin mirar al frente, sin levantar la vista. Tus ojos estaban vendados, pero caminabas en linea recta, creíste que ibas a ningún lado, creíste. Llegaste aquí y te pusiste cerca del suelo, tus uñas se lastimaron y sangraron, ignoraste el dolor, seguiste tu labor y te recostaste aquí. Ellos pusieron una tapa y se despidieron de ti. Tu no te despediste de ellos. No te van a extrañar. No te quieren. No importas. El aire se termina, la venda cae de tus ojos, y muy tarde te das cuenta de a donde has llegado. Eres demasiado egoísta para aceptarlo. Tú escribiste esto, tú hacías bailar el grafito en el papel y no le prestabas atención. Tú estás al final. Te hiciste un lugar en la tierra, está húmeda, sientes el frío traspasar tu vestido negro, negro, como todo lo que te rodea. Descansa, no sientas tu cuerpo, descansa pero no serás libre. Te ató, no te irás nunca, no siente pena, te olvidará aquí y tú sacaras lagunas rojas de tus grandes vidrios redondos por siempre.
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The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)
FanficTodo ángel necesita un demonio que le invite un café... -Anónimo. -Yo mato por ti. - dice él. - Yo me mataría por ti. - dice ella. La vida de Jen cambió cuando en aquel callejón conoció al demonio. Cuyo demonio devoró su bondad, convirtién...