DISPAROS.

4K 242 29
                                    

-OCHO-

— ¡Me importa una mierda!— lo escuché gritar y me estremecí. — Debieron darse cuenta. ¿¡Cómo es posible que se les escapara algo tan grave como eso!? ¿No estaban prestando atención? ¿Qué putas estaban haciendo? ¿¡Dormir!? 

Lleva un buen rato así. Fue como desperté, con gritos. 

— ¡Estuvo aquí dentro! Entró y salió sin ser detectado por ninguno de ustedes ¿¡Para qué les pago!?— volvió a gritar. 

Cuando desperté creí que estaba al teléfono, discutiendo con alguien, pero no lo vi en la habitación, no estaba allí conmigo. Luego de unos minutos me di cuenta que les gritaba a los que se supone, cuidan que nadie entre. Los pobres hombres seguro deben estar mirando el suelo, como cachorros arrepentidos por todo lo que Harry les grita. 

— De ahora en adelante estarán más atentos.— dijo con voz firme.—Y como me los encuentre descansando los mato ¿Escucharon bien? ¡Los mato! 

No sabía en donde estaba gritándoles, pero por la potencia de su voz supe que no estaban muy lejos. 

Me recuesto de nuevo en la cama, con mis manos sobre mi estomago y mi mirada puesta en el techo. Escucho pasos acercarse poco a poco hasta que la puerta se abre y de reojo veo a Harry entrar con cautela. Sonrío inconscientemente. 

— Ya estoy despierta.— murmuro. 

Cierra la puerta y se acerca a mi. 

— Lamento si te desperté. Alguien tenía que gritarles. 

Me enderezo y le miro, lleva el cabello sujeto con una liga, dejándome ver mejor su rostro. Hace una mueca y retira el cabello que cubre parte de mi rostro, lo cuál me parece una acción tierna.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta suavemente.

Hago una mueca de indiferencia y me encojo de hombros.

— Eh estado mejor, la verdad.

— Ya no entrará aquí, te lo prometo. Aumenté la seguridad, y esta misma tarde te llevaré a practicar con el arma. Veremos que tan grave fue que dejaras de usar la pistola. — trata de agregar algo de humor y consigue que yo sonría ligeramente, sin mostrar mis dientes.

Hago ademan de levantarme y Harry se aparta para que yo pueda levantarme de la cama. Estiro mis piernas e inmediatamente trato de ubicar el anuario, debo seguir con eso. Mi mirada recorre la habitación pero no lo veo por ningún lado. Mi ceño se frunce y pienso que tal vez está en la mesa cerca del balcón. Me levanto e inmediatamente dirijo mi mirada hacia ese sitio. No está. Miro hacia Harry que me mira con duda.

— ¿Qué pasa? — pregunta.

— ¿En dónde está el anuario? — sigo buscando con mi mirada, creyendo que pudo habérseme pasado por alto.

— ¿Para qué lo quieres? — se cruza de brazos. Levanto una ceja, ¿Qué le pasa?

— ¿Cómo que para qué? — pongo mis manos en mi cintura recargando el peso en mi pierna derecha. — Necesito seguir buscando.

— Pues lo escondí. — dice y se encoje de hombros, con absoluto desinterés.

— Entrégamelo entonces, lo necesito. — estiro mi mano con mi palma hacia arriba pidiendo que me lo regrese.

— No, no te lo daré hasta que comas algo antes. Jeniffer, me he dado cuenta, no creas que soy idiota. No estás comiendo ¿Quieres enfermarte? A veces comes dos veces al día, otras veces solo tomas café, eso no es correcto. — me regaña, y suena en serio molesto.

The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora