The Devil has an Angel / H.S. (TDIB2)

UNO Y DOS.

-NUEVE-

La pelea entre ambos había continuado por varias semanas. Ni él me hablaba a mi, ni yo le hablaba a él. No era tampoco que quisiera que me hablara. Ni siquiera nos mirábamos, salvo que fuera necesario. Iba a demostrarle que puedo ser tan hija de puta como él. Por mi parte, no pienso acercarme primero, yo no soy quien valla a arreglar las cosas, y si él no piensa hacerlo tampoco, pues me da igual. No voy a humillarme otra vez por él. No lo merece. 

He entablado una extraña amistad con Niall, normalmente me lo topo en la cocina, siempre comiendo unas galletas a la hora de la merienda. No pasamos de una conversación común, intercambiamos unas cuantas palabras y ya está. Siento que quizá me culpa de que Harry haya matado a Louis. Y tendría razón, yo también me odiaría si fuera él. 

Louis, era realmente el único con el que me llevaba bien. Es decir, los demás chicos son agradables pero no llego a entenderme realmente con ninguno, siento que son amables conmigo por compromiso, porque estoy con Harry, pero sospecho que no les caigo del todo bien. Da igual. 

A pesar de eso, con quién más he hablado es con Zayn, pero es solo para encontrar a TRES, no intercambiamos mas de cinco frases, y solo me pregunta si ya he encerrado en marcador rojo a algún chico. Sólo hay uno: Brandon. Por el momento Zayn no ha encontrado nada que lo relacione con los otros dos, pero no está completamente descartado. 

No he salido de este maldito lugar, y por ende, no he recibido cartas de TRES, y eso me inquieta. ¿Dónde estará? ¿Que planes tendrá? ¿Cuando aparecerá? 

He revisado el anuario tantas veces que ya memoricé los rostros de los chicos. No he pasado de las páginas de las fotografías. Estoy tan cansada de hacer lo mismo siempre, no logro recordar absolutamente nada. Incluso las imágenes de ese día me resultan borrosas, lo único que está impreso en mi memoria es el momento justo del primer disparo; cerré los ojos y tiré del gatillo, la bala le dio en la pierna, justo después de eso... Disparé directo a su cabeza. Y es lo más claro que tengo dentro de mis enfermos y malditos recuerdos. 

Como todos los malditos días, reviso el anuario, me sé el orden de los rostros de memoria, incluso aprendí sus nombres, y cabe decir que son demasiados. Es aburrido, pero me acostumbré. 

George, Zac, Demian, Kennet, Homer, Wyatt, entre otros nombres de chicos que aparecen sonrientes en su foto de graduación. Me sé sus rostros de memoria, sus nombres y sus frases ridículas. 

Suelto un bufido de frustración, mi cabeza duele cada maldito momento que paso mirando rostros. Estiro mi cuerpo y mi espalda cruje, trueno los huesos de mi cuello y me recargo sobre mis antebrazos en el escritorio, metiendo mi cabeza en el hueco que estos crean.

Tomo respiraciones profundas, intentando tranquilizarme. Distraerme un poco ayudará. Me enderezo en mi lugar y decido por ver el anuario completo ya que solo he visto la parte de las fotografías de los graduados. Paso las páginas, observando lo que hay en ellas. Los diversos equipos de la Universidad, los maestros, fotografías de alumnos haciendo sus tareas, caminando por el campus, en diversas situaciones. Agradecimientos a los maestros, a los alumnos y... 

¡Dios Mio!

Esto... esto tengo que decírselo a Harry, y a Zayn. 

Tomo el anuario, abierto sobre mis palmas y salgo corriendo de la habitación. No tengo ni la menor idea de donde está Harry, es probable que ni siquiera esté en casa, así que opto por buscar a Zayn primero. Corro por el pasillo, doy vueltas y bajo por unas escaleras, Zayn debe estar allí. Con dificultad, acomodo el anuario entre mi antebrazo izquierdo y mi rodilla derecha, me encorvo y me las arreglo para tocar la puerta sin que el anuario caiga de mis manos y pierda la página. Segundos después, Zayn abre la puerta y antes de que me pregunte, yo hablo.