Capitulo 12

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Ladybug columpiaba de un edificio a otro con su yoyo (o Lucky Charm) a toda velocidad para llegar lo antes posible al instituto. Sus amigos estaban en peligro y tenía que ayudarlos.

Cuando llegó observó que había coches y agentes de policia, y vio que los bomberos estaban de camino. El instituto estaba en llamas. Ladybug se acercó al edificio y entró sin dudarlo, sin embargo, no contó con qué el demonizado la esperaría.

- ¡Cuidado Ladybug! ¡Es una trampa!

Ladybug escuchó el aviso de su compañero y pudo esquivar el ataque del demonizado que estaba a su espalda.

El demonizado lanzó unas bolas de fuego contra Ladybug pero pudo evitarlos con un giro irrefrenable de su yoyo. El demonizado volvió a atacar, pero esta vez Ladybug se escondió en un rincón para encontrar a Catnoir.

- ¡Aquí! - la llamó su compañero de equipo moviendo un brazo al aire.

Ladybug corrió hacia él y con un simple vistazo observó que estaba atrapado. Un escombro del techo estaba aplastando su pierna.

- Lo siento Ladybug, no he podido...

- No hay tiempo. Tengo que sacarte de aquí. ¿Están todos fuera?

- Sí, estan todos bien. - le afirmó Catnoir. - ¡Cuidado!

Ladybug se dio la vuelta y vio que el demonizado se puso a lanzarle bolas de fuego de nuevo. Defendió a Catnoir y evitó el ataque, pero el enemigo era muy fuerte y el edificio empezaba a derrumbarse.

- Ladybug. - le llamó Catnoir. - Cúbreme.

- Bien. - asintió ella.

- ¡Cataclims!

La mano de Catnoir cambió, y utilizó su poder para destruir el tronco que lo inmobilizaba. Logró ponerse de pie pero tuvo que utilizar su arma para apoyarse en ella como una pierna más.

- Bien, chico en llamas. Acabemos con esto. - dijo seriamente el chico.

Estaba dispuesto a ir y luchar contra el demonizado pero una mano le detuvo.

- Catnoir no puedes luchar contra él en tu estado. - dijo Ladybug con un gesto de preocupación.

- No te preocupes por eso. Confía en mí. - intentó zafarse una vez más del agarre de su lady pero no lo consiguió. Ella apretó un poco más.

- Confio en tí, Catnoir, pero no puedes luchar así. - le miró suplicante a que sucumbiera a su escucha pero él no se dio la vuelta. - Has usado tu Cataclims. - intentó convencerle. - Dentro de cinco minutos te transformarás.

- Entonces me daré prisa.

- Catnoir, no... - pero el chico la interrumpió.

- Tú sola no podrás contra él. - le respondió Catnoir.

Ladybug sabía que tenía razón. Sóla no podría combatir. Pero...

- No tengo otra opción.

Ladybug empujó a Catnoir y se abalanzó ella sóla contra el demonizado. Catnoir intentó levantarse y seguirla pero entre la pierna malherida y el derrumbamiento de una parte del techo se quedó lejos del demonizado y de ella.

Ladybug se encontró cara a cara contra ese chico y aprovechó la oportunidad para usar el Lacky Charm y acabar con esto de una vez por todas.

- ¡Lacky Charm!

El objeto que apareció después de pronunciar esas palabras dejó perpleja a la mariquita. Tenía unas tijeras de papel entre sus manos. Unas tijeras. ¿Qué puede hacer con eso? ¿Cómo va apagar así el incendio?

Hasta que Ladybug pudo ver las respuestas a sus preguntas.

Miró atentamente el traje del chico y encontró en una parte de su abrigo un sobre grande y se le ocurrió una idea para liberar al Akuma.

Con su yoyo evitó el movimiento del demonizado y una vez conseguido, logró saltar sobre él para atarlo a una de las columnas que aun no se habían quemado del todo, después utilizó la cuerda de su yoyo como tirachinas para poner ahí las tijeras y lanzarlas contra la pared y con eso logró que los trozos de madera de la pared se convirtieran en barrotes que unidos se conbirtieron en una jaula, dejando al demonizado atrapado.

Ladybug cogió el sobre y lo rompió en dos trozos grandes. La mariposa negra salió del papel e intentó escapar, pero ella se lo impidió.

- Ya no harás más daño, pequeño Akuma. - dijo la joven cariñosamente. - ¡Yo te libero del mal! - su yoyo atrapó la mariposa y la atrajó hacia ella. - Te tengo. - abrió la parte de su yoyó y se despidió de la mariposa. - Adiós mariposita.

Una vez que liberó el Akuma, se dio prisa para lanzar su objeto al aire para que desapareciera y todo volviera a estar como estaba, pero entonces la pared se derrumbó y estuvo a punto de aplastar a Ladybug pero por suerte consiguió esquivarlo. Ahora el problema era encontrar las tijeras entre los escombros y el incendio aumentaba. Ladybug se dio cuenta de la cantidad de humo que respiró cuando se escuchó a si misma toser. Miró al chico demonizado que también estaba entre la improvisada jaula hecha por partes de madera del edificio y se dio cuenta de que sóla no podría con ambas cosas. Tenía que elegir. Conseguir las tijeras y hacer que todo vuelva a la normalidad o liberar antes al chico para que no se le cayera el techo encima. ¿Qué podía hacer? Tenía que pensar rápido. No podía perder más tiempo. Con gran pesar, dejó al chico atrás y rebuscó las tijeras entre los escombros.

Quitaba los grandes trozos de madera con más dificultad a medida que pasaba el tiempo. Respiraba cada vez más humo por el esfuerzo y sus manos temblaban por la adrenalina. Cuando creyó que ya no podría más, encontró las tijeras y las tiró al aire.

- ¡Prodigiosa Ladybug!

El incendio desapareció y los escombros desaparecieron de encima del chico.

- Genial. Lo conseguimos. - Ladybug se sentía mal pero se tenía que esconder para que nadie la viera transformarse.

En medio del camino se desmayó y se transformó de nuevo en Marinette.

Catnoir encontró a Marinette desmayada en el suelo y corrió hacia ella procupado.

- ¡Marinette! ¡Marinette! - la cogió como una princesa y pudo notar su respiración cerca de su oido.

Catnoir la llevó fuera donde la ambulancia esperaba junto a los policias y bomberos. Los alumnos estaban algo alejados del lugar pero cuando Alya y Nino vieron a Catnoir con Marinette en brazos fueron corriendo hacia ellos.

- ¡Marinette! - Alya estaba preocupada por su amiga y dejó de grabar con su móvil.

- Catnoir. ¿Has visto a Adrian? Es mi amigo, estaba dentro. - le explicó Nino igual de preocupado.

- Tranquilo. Ahora lo busco. - dijo Catnoir rapidamente entrando a continuación al instituto.

Faltaba sólo un minuto para transformarse y una vez que volvió a ser Adrian, se fue corriendo preocupado por Marinette.

- ¡Adrian! - lo llamó Nino.

- Nino. Alya. ¿Donde está Marinette? - preguntó Adrian.

- Van a llevarla al hospital. - le respondió Alya.

- Iré con ella. - dijo entrando directamente en la furgoneta de la ambulancia.

Al verla tumbada en la camilla Adrian sintió que se le partía el corazón.

Ensimismado en sus pensaientos, la ambulancia empezó a moverse y se alejó a gran velocidad del instituto que antes estuvo envuelto en llamas.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora