Capitulo 9

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Un resplandeciente sol, se asomó por la ventana de Marinette haciendo que se despertara. Hoy era miércoles y sólo le quedaban dos días para repasar el examen de literatura y aunque estuviese nerviosa se sentía muy animada. Hoy tendría que hablar con Adrian para aclarar las cosas.

Se arregló, desayunó y se encaminó hacia el instituto.

Encontró a su amiga Alya hablando con Rose, Milenne y Yuleka, que al ver a Marinette, la saludaron con un gesto en la mano. Marinette se acercó a ellas y empezaron a hablar.

- ¿Habeis estudiado para el examen de literatura del viernes? - preguntó Rose.

- Yo no. No entiendo nada. - exclamó Yuleka.

- A mí me ha ayudado Iban. Se le da bastante bien. - dijo Milenne algo sonrojada. Iban y Milenne se convirtieron en novios hace ya un tiempo y les iba muy bien a los dos, aún así, Milenne seguía poniendose roja en algunas ocasiones, pero a Iban le parecía tierno.

- ¿Tan difícil es el examen? - preguntó Marinette empezando a ponerse nerviosa.

- Bueno... es... completito. - rió Alya nerviosamente.

- Ay dios mio, eso significa que es super difícil. Sólo tengo dos días para estudiar y aunque me quedara en vela las dos noches seguidas no conseguiría ni siquiera una nota decente, suspenderé, no podré graduarme, ni podré trabajar y tendré que buscarme la vida bajo los puentes donde sólo tendré la compañía de las ratas. ¡Soy un desastre! ¡Un desastre! - decia Marinette cada vez más asustada al imaginarse lo que pasaría si no aprobaba el examen.

Alya la miró negando con la cabeza mientras las demás intentaban darle ánimos. Las chicas entraron a clase salvo Marinette, que escuchó que alguien la llamaba, y sabía muy bien quien era.

- Hola Marinette. - saludó Adrian.

- Hola.

Los dos adolescentes se quedaron en silencio pensando qué iban a decir.

- Oye Marinette, yo... - a Adrian se le veía muy arrepentido por todo lo que pasó.

- Adrian, espera. - le pidió Marinette levantando un poco la mano. - No tienes que pedirme perdón. Si no sientes lo mismo por mí...

Adrian no le dejó acabar la frase. El chico posó su mano en el hombro de Marinette y cuando ella levantó la mirada, se encontró con una bonita sonrisa que le ofrecía.

- Quiero disculparme por no explicarme la última vez.

Marinette le miró con duda y dejó que Adrian siguiera hablando.

- Marinette, nunca le había contado esto a nadie... - miró a su alrededor y al asegurarse de que no había nadie cerca obligó a Marinette a agacharse igual que él. - Y quisiera que me guardaras el secreto.

Marinette se lo pensó y se preparó mentalmente para lo siguiente que diría Adrian. Podría dolerle, pero que Adrian le confiara un secreto hacía que se sintiera alguien importante para él. Ademas, nunca le haría daño intencionadamente. Esa era una de las cosas que hacían a Adrian tan especial. Si quería volver a la normalidad con él, tendría que superar este traspies, escucharle y hacerle saber que puede confiar en ella.

- Te lo prometo. Guardaré tu secreto. - asintió feliz.

- Gracias, Marinette. - Adrian le sonrió y cogió aire una vez más. - De acuerdo, allà va... estoy enamorado de Ladybug.

Marinette abrió los ojos hasta convertirlos en platos. ¿Adrian estaba enamorado de Ladybug? Igual que en su sueño...

No se lo podía creer. Sentía un gran dolor en el pecho. Aunque ella fuera Ladybug, Adrian nunca tendría que saberlo. No podía averiguar quién era ella en realidad.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora