Capitulo 31

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Ladybug observaba con pánico cómo su compañero era controlado nuevamente por su peor enemiga y cómo estaba agarrándole la garganta mientras con la otra mano tenía invocado su poder, Cataclism, hacia ella.

- Me pregunto si quedaran tus huesos una vez que use su Cataclism contra tí. - sonrió de forma malvada.

- ¡No! ¡Volpina! - suplicó Catnoir desesperado.

- No lo intentes Catnoir. Prefiero verla morir así. Asi ni siquiera la ciudad de Paris podrá ver el cadáver de su heroina. - rió como una demente al oir sus propias palabras.

- ¡NO! ¡NO! ¡NO! -gritó el joven desesperadamente.

Con una mano agarrando fuertemente el cuello de Ladybug y con la otra envuelta en su poder, la superheroína estaba acorralada.

- Cat por favor... - las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos.

- No puedo. - él también estaba llorando. - Vas a tener que golpearme. No lo pienses, sólo hazlo.

- Vale. - exclamó dubitativa.

Ladybug, con algo de pesar, (aunque Cat se lo mereciera en más de una ocasión) le golpeó en la entrepierna.

Cat gritó adolorido pero no pudo retorcerse.

- Mis... ay... mis partes varoniles... - dijo con pequeñas lagrimitas.

- ¿Te he dado tan fuerte? - dijo Ladybug algo preocupada.

- Si pudiera retorcerme, lo sabrías. ¿Porque no puedo retorcerme? - exclamó Catnoir mordiendo su labio inferior.

- Debe ser obra de Volpina. Al tenerte bajo su control no puedes moverte ni por acto - reflejo. - razonó Ladybug.

- Nos ha condenado... ay...

- Es hora de poner fin a esta cómica escena. - dijo Volpina.

La canción de Volpina volvió a resonar por los aceros de la Torre Eifell y el cuerpo de Catnoir volvió a tensarse. Su mano se acercaba poco a poco al rostro empalidecido de la azabache.

- La... Ladybug... no... no puedo...

- Catnoir... por favor, no...

Catnoir cerró sus ojos humedecido con impotencia sin poder mirar a la chica a la que amaba a los ojos.

- Catnoir...

- ¡No! ¡Voy a luchar!

La mano de Cat estaba a muy poca distancia de rozar su frente. Tenía que pensar en algo. Cualquier cosa...

Espera. Tal vez...

Hubo un día en el que Tikki le explicó que había una posibilidad de neutralizar Cataclism.

- "Todas las Ladybug pueden detener el Cataclism si le dan un beso al que convoca ese poder"

- ¿Pero... en los labios?

Tikki rió.

- Pues si. Es ovbio.

- Ah no, ni hablar del peluquín. Nunca en la vida, en este mundo, aunque sea el último chico del mundo, besaré a Catnoir. Jamás. - negó Marinette rotundamente.

Ladybug rió por sus adentro y mostró una sonrisa torcida.

- Quien me lo iba a decir. - negó con la cabeza. - Que tonta fui.

- No te rindas Ladybug...

La chica no esperó a que hablará. Sólo alargó sus manos hasta el rostro humedecido de Catnoir esquivando su mano destructora.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora