Hace rato que Catnoir dejó a Marinette en un lugar seguro.
Comprobó que la chica estuviera bien y por supuesto la dejó en una calle donde pudiera atajar para llegar a su casa mientras él ayudaba a Angelica que seguía medio adormilada por la canción de Volpina.
Marinette se fue a casa andando con el pequeño Chatnoir consigo. Catnoir insistió en llevarse a la gatita azulada con él para llevarsela a alguien que la cuidara bien. Por supuesto se lo iba a quedar él ya que se había encariñado mucho con la pequeña gatita pero eso Marinette no lo sabía.
- Marinette. ¿Estás mejor? - le preguntó Tikki.
- Sí, me siento muy bien a pesar de quedarme casi congelada bajo la nieve. - rió lijeramente.
- ¿Sigues preocupada por lo de Catnoir y Adrian? - le preguntó curiosa.
Marinette sonrió. ¿Sonrió?
- Ya no. - dijo con simpleza sin borrar su sonrisa.
- ¿Que? ¿Y eso por qué? Dime. - le preguntó sin comprender.
Marinette le iba a contesrar pero entonces su móvil sonó y comprobó que Alya le estaba llamando.
- Un momento Tikki. - se disculpó y descolgó el teléfono. - Hola Alya.
- Hola Marinette. Ya veo que nos has podido volver a la fiesta.
- Pues no, al final no me dio tiempo.
- ¡Oye! ¿Que tal el gato? - preguntó su amiga emocionada.
- No te lo vas a creer. Veras...
Pero Marinette no pudo empezar la historia, porque ahí, delante suyo, se encontraba Adrian, su primer amor.
- Esto... Alya te lo cuento luego. Adiós.
Sin esperar una respuesta de su mejor amiga, Marinette colgó el móvil e intentó meterlo en el bolso de nuevo pero éste se le cayó al suelo.
Marinette se agachó a cogerlo pero entonces Adrian también bajó a ayudarla y sus manos se juntaron sintiendo el cálido y suave tacto de ambos. Automaticamente, sus ojos volvieron a encontrarse esta vez con más calma al no haber gente alrededor. Se quedaron paralizados mirándose el uno al otro. A Marinette le dolía la pierna y la espalda por el ataque anterior de Volpina y Cazadora pero no le importó. Sólo podía mirar esos ojos que la derretían por dentro y la hacía sentir mariquitas en el cuerpo. Hipnotizada en su mirada, no podía sentir dolor.
Se quedaron asi un rato hasta que Adrian le sonrió.
- Perdón Marinette. - le dijo algo sonrojado.
- No lo sientas, soy yo quien lo siente por cogerte la mano. ¡Digo el mavil, la mamo, digo el mamóvil, es decir el móvil, mi móvil, sí! Yo... lo... lo siento... - dijo super nerviosa.
- No. Tranquila Marinette, no lo sientas. - se sonrojó más al susurrar las siguientes palabras. - Me ha... gustado.
- ¡¿Que?! - no llegó a oirle pero se pasó con la impresión. - Ay, perdón lo dije muy alto. - se disculpó.
- Tranquila, no me molestó. - se rió un poco.
Marinette guardó su móvil y su primera intención era lecantarse del suelo cubierto de nieve pero el dolor de su pierna se volvió intensó y volvió a incar la rodilla reprimiendo una mueca de dolor.
- Marinette. ¿Te encuentras bien? ¿Te pasa algo? - le preguntó sin poder evitar preocuparse por el bienestar de su amiga aunque supiera que le ocurría. Le daba rabia tener que fingir. Y el sentimiento era mutuo. Él lo sabía.
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Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor Diferente
FanfictionDescubrí esta serie aquí en Wattpad pero no quería leer ninguna historia porque quería que lo estrenaran en mi idioma y cuando lo anunciaron me alegre un montón, y eso que ni sabía que me iba a gustar tanto. Por cada capitulo que pasa más me enamora...