Capitulo 17

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A la mañana siguiente, Marinette, Adrian, Nino y Alya quedaron en el parque para tomar un batido en un puesto cerca de allí.

Era un día soleado y alegre. Lleno de sonidos relajantes y melodiosos, como el cántico de los pájaros y el caer de las pocas hojas arrastradas por la suave y fresca brisa.

Las nubes blancas formaban en el cielo extraños dibujos a los que, la cuadrilla, quiso desatar su imaginación y adivinar que dibujo formaban.

  - Vale, ese es un cohete. Esta claro. - dijo Alya muy segura dando un sorbo a su batido de vainilla.

  - Yo te apuesto a que es un pavo. - replicó divertido Nino bebiendo de su batido de chocolate.

  - ¿Un pavo? Venga ya. - Alya levantó levemente la ceja.

  - Cinco pavos a que sí. - le miró Nino.

En ese momento los cuatro se rieron por la situación y volvieron a degustar sus bebidas.

Marinette se cogió un batido de fresa y Adrian uno de limón.

  - ¿Que dijeron tus padres por lo de ayer? - le preguntó Alya a Marinette.

  - ¡Alya! - Nino y Adrian la miraron con parte de desacuerdo. Sobretodo Adrian sabía lo mal que lo había pasado por el secuestro que sufrió. - Puede que no le... - pero Nino fue interrumpido por Marinette.

  - Ah... tranquilos chicos. No pasa nada, no me importa. - despues dirigió su mirada en Alya. - Se preocuparon mucho y posiblemente no pueda salir por un tiempo pero cuando les conté que no me pasó nada y qué Catnoir me salvó se quedaron un poco más tranquilos.

  - ¿Y tú qué? - le preguntó Alya.

  - Bueno...

Adrian vió como Marinette bajaba un poco la mirada y apretaba ligeramente su vaso. El chico apoyó una mano en su hombro en señal de apoyo con una sonrisa en la cara.

  - Tranquila, Marinette. Somos tus amigos y estamos aquí para lo que necesites.

Marinette le sonrió agradecida. Le encantaba verla sonreir.

  - Claro que sí Marinette. Puedes contar con nosotros. - le dijo Alya.

  - Así se habla, tio. - Nino le dio un suave codazo a Adrian en señal de aprobación. El rubio se limitó a sonreir y a ponerse la mano en la nuca.

Cuando Marinette y sus amigos se iban a marchar del parque, estos oyeron un estridente ruido posiblemente de cristales rotos y una melodia desgarradora y deprimente.

  - Tio... ¿Pero que es esto? - preguntó Nino con los oidos tapados.

  - ¿Qué es ese sonido? - Alya estaba igual que él y poco a poco vio como sus amigos quedaban arrodillados en el suelo.

  - ¡Qué desagradable! - Marinette tuvo que gritar porque el sonido de la melodía aumentó.

  - ¡Tenemos que irnos! - se le oyó decir a Adrian.

Fue entonces cuando el sonido se detuvo y los cristales de los edificios de alrededor cayeron en mil pedazos haciendo que algunos cayeran encima de los adolescentes.

A Nino y a Alya les dio tiempo a esconderse debajo de un banco del parque para evitar los trozos de cristal pero Marinette cayó al suelo cuando los seguía y no le dio tiempo a incorporarse. Intuitivamente, se agachó tapándose la cabeza con los puños. Creyó sentir un cuerpo encima de ella protegiéndola y unos brazos que hicieron que sintiera más de cerca ese tacto. Entreabrió un poco los ojos y pudo ver que Adrian se había puesto encima de ella protegiendo su espalda y las cabezas de ambos de los cristales rotos.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora