Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor Diferente

Capitulo 37

Al principio no pasó nada.

Ese único grito salido de la boca de la azabache fue el que causó el completo silencio. Tensó y lleno de incertidumbre.

Los dos kwamis, al principio congelados, se fusionaron y se unieron al único prodigio válido para su nueva transformación; Los pendientes de Marinette.

La chica fue envuelta en una brillante luz que la cegó y envolvió a todos los falsos Catnoirs haciendo que desaparecieran. Volpina tuvo que taparse los ojos para no quedar ciega y al poco rato, cuando la luz fue más tenue, abrió su ojos color olivo. Lo que vio la dejó sin aliento.

Una persona diferente a Ladybug se encontraba en frente de una Volpina violeta. Esa chica tenía un cabello suelto y más azulado que de costumbre, el flequillo de la misma tenía una mecha de color dorado y en su rostro vestía la misma máscara de color morado con diferentes matices de rayas finas y otras onduladas de color dorado. Todo su traje cambió a uno ajustado como el anterior pero de color morado con los mismos toques morados que la máscara. Su yo - yó ahora era dorado con lunares morados el cual resaltaba con su traje con la alteración de colores.

Volpina la miró con miedo y se puso en guardia con un rostro lleno de rencor.

  - Es tu perdición, Volpina. Voy a liberarte del mal de una vez por todas y me llevaras con Adrian.

Pero la chica no escuchó. Con su nuevo poder hizo más copias falsas, esta vez de ella misma, y luego se amontonaron para que ella pudiera huir. Otra de las Volpinas violetas falsas disparó con su flautín un rayo morado que las dejó a las dos a oscuras.

Marinette pensó que tendría desventaja por ello, sin embargo descubrió algo que la sorprendió; Tenía visión nocturna, igual que Cat. Esta era su oportunidad. Podía fingir que no ve nada y cuando espere el golpe de Volpina, la sorprendería.

Como lo había calculado, Volpina se acercó por detrás dispuesta a atacarle por la espalda, pero en el último momento, Ladybug lo esquivó, le agarró de la muñeca y la tiró por delante haciendo que las demás Volpinas desaparecieran. Ladybug usó su yo - yó como escudo haciéndolo girar a gran velocidad y se puso en frente de Volpina. La morena miraba con miedo a Ladybug después de que el traje violeta y blanco se volviera de nuevo naranja y blanco. Salió corriendo intentando escapar y luego voló lejos a otra parte mientras seguían a oscuras.

  - Lo cierto es que ahora me vendría muy bien el Catmóvil de Catnoir.

Siendo inconsciente de sus palabras, el yoyó de Ladybug cambió al bastón de Catnoir pero de color blanco con una huella de gato dorada.

  - ¿Y mi yoyó? ¿Que ha pasado? ¿Será este mi nuevo poder? - se preguntó a sí misma.

Sin darle más vueltas al asunto, alargó el bastón pulsándo el botón táctil de la huella y subió a una de las grandes pilas de cajas de madera. Al principio le pareció extraño pero había visto usarlo mil veces con Catnoir así que le pilló el tranquillo enseguida.

Pudo ver a Volpina apoyada en la pared abandonándo la pilas de cajas mientras que ella seguía en la cima. Antes de hacer nada, tenía que idear un plan y enseguida obtuvo la respuesta pero necesitaría a otra persona para hacerlo. Catnoir sería el ideal, pero estaba sola y era consciente de ello. Con gran pesar tuvo que dejar el tema y pensar en algo.

  - Vale. - recalculó para sí misma. - Tengo una idea, pero necesitaría a otra persona. - miró su bastón y se le ocurrrió algo. - Si he podido cambiar mi yoyó por el bastón de Catnoir... ¿Podría hacer lo mismo con el flautín de Volpina?

Se quedó quieta y lo intentó mirando fijamente al bastón y concentrándose al maximo.

En unos segundos apareció en sus manos un flautín idéntico al de Volpina pero de color dorado con marcas blancas.