Capitulo 23

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  - ¿En serio no quieres acompañarme? - le dijo con ojitos de cachorrito.

  - Con él no. - dijo tajante apuntando al pequeño gato que tenía Ladybug brazos.

El gato maulló de manera triunfal y apegó su cabeza al  cuerpo de la chica.

  - Muy bien, entonces lo llevaré a su casa. - dijo la chica.

  - Eso espero. - refunfuñó.

  - Cat...

  - No en serio... espero qué... vuelva con su familia pronto. - dijo con una punzada de nostalgia.

Ladybug lo miró sorprendida pero luego le sonrió.

  - Esta bien. Ya nos vamos. Feliz Navidad Catnoir. - se despidió con un gesto en la mano.

  - Feliz Navidad bichito, y gracias por todo. - él de igual manera le devolvió el gesto de despedida con una sonrisa en el rostro.

  - Nos vemos.

La chica desapareció de la vista del gato fusionándose con la nieve que nuevamente caía del cielo con gracia y suavidad.

Al llegar a un lugar cercano al hogar del pequeño Chatnoir, Ladybug deshizo su transformación volviendo a ser Marinette. Desde hacía un rato la chica notó que el gatito estaba nervioso y arañaba su abrigo. No le tomó mucha importancia dado que podía ser que reconociera las calles de su casa asi que siguió caminando.

  - ¡Ey, hola!

Marinette se volteó rápidamente por instinto y pudo ver no muy lejos de ella una chica de unos dieciocho o diecinueve años aproximadamente de pelo corto y rizado de color chocolate, piel algo morena y ojos almendrados con unas gafas rojas. Llevaba un abrigo negro que le llegaba a la cintura, unos pantalones azules, un gorro de lana rojo y unas botas militares de color negro.

  - Disculpa... haberte asustado... - dijo con la respiración entrecortada por correr hacia Marinette. - pero... era... para preguntarte... donde habías... encontrado a ese gato.

  - ¿Ah él? Pues... no muy lejos de aqui. ¿Es tuyo? - preguntó Marinette.

  - Ah, no no, no es mío, pero lo conozco. Se llama Chatnoir cómo el héroe de París el compañero de Ladybug. - Marinette asintió comprendiendo. - Bueno... el caso es que se de quien es.

  - ¿En serio? Qué bien, es que estaba... intenté llegar a la dirección correcta y creo que me perdí. - dijo Marinette algo sonrojada por la vergüenza de haberse desviado del camino.

  - No para nada, estamos prácticamente al lado. Si quieres te acompaño. - propuso amablemente.

  - ¿De verdad? Muchas gracias, que suerte haberte encontrado.

Las chicas sonrieron y se encaminaron hacia la casa del gatito perdido.

La mayor de las chicas tenía colgándo en el cuello un bonito collar de plata con un delfín de plata de ojos azules en el que Marinette se fijó maravillada y decidió sacar ese tema de conversación, para romper el hielo.

  - Qué bonito collar tienes. - dijo Marinette con el gatito en brazos.

  - Ah, muchas gracias. - le agradeció sonriendo mirando su collar. Cogió el delfín con la mano y le contestó. - Fue un regalo de mi padre en el que pone mi nombre.

Marinette se acercó ligeramente para verlo de cerca y pudo leer su nombre como ella dijo.

  - Angelica. Es un nombre muy bonito aunque es la primera vez que lo oigo. - dijo Marinette.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora