Capitulo 28

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Una avalancha fue lo que alertó a los heroes. Cazadora Salvaje salió volando con su gorrión y Volpina que estaba levitando por el cielo contemplaba como los heroes corrían a reguardecerse a un lugar seguro.

  - No hay ningún lugar al que puedas ir, Ladybug. - susurró Volpina con odio y malicia.

Habían sido completamente engañados por las ilusiones de Volpina, que sin duda, se hizo más fuerte desde los últimos meses y sus ataques ya no tenían los mismos puntos débiles. Ahora tenía a Ann y a los gatos en su poder mientras contemplaba como Ladybug y Catnoir se encontraban contra la espada y la pared.

Ladybug observaba como la avalancha enterraba algún que otro edificio haciendo que la única salvación fuera esconderse bajo tierra.

  - ¡Mira Ladybug!

Ella miró al chico mientras él le apuntaba un edificio lo suficientemente alto como para salvarse del peligro.

  - Tenemos que llegar hasta allí. - Ladybug y Catnoir aceleraron el paso.

  - Vale. Vé tú primero.

  - Coge mi mano.

Cuando Ladybug iba a darle la mano, Volpina disparó en su pierna izquierda y cayó al suelo.
  - ¡Ladybug aguanta! - gritó el heroe preocupado.

Corrió hacia ella y se arrodilló para ver el estado de la parte trasera de su pierna. El disparo de Volpina dejó la pierna de Ladybug casi desnuda. Una gran quemadura se asomaba en su pierna.

  - ¡Catnoir, vete! ¡La avalancha te alcanzará!

  - ¡No pienso dejarte aquí!

  - ¡Tienes que irte!

  - ¡No! - le gritó provocando en Ladybug una mirada de incertidumbre. Luego se calmó y se acercó a su rostro. - Tú no me abandonaste. - dijo lentamente. - Nunca. Y yo tampoco te abandonaré.

Alargó su bastón y cogió a Ladybug por la cintura empezando a subir la cima del edificio.

  - ¿Nunca? - Ladybug sólo derramó una lágrima, pero esa lágrima expresaba el golpe de alivio y seguridad que ella tanto buscaba.

  - Nunca, mi lady. - sonrió para su lady y Ladybug rodeó con sus brazos el cuello del gato.

Ambos miraron hacia arriba para asi comprobar que estaban muy cerca de llegar.

Pero...

Como siempre alguien tenía que estropearlo todo.

Volpina disparó a Ladybug por la espalda y sus brazos se deslizaron del cuello de Catnoir. La sujeción del chico en la cintura de Ladybug falló y habría caído de no haber sido por el rápido movimiento que hizo.

Agarró con todas sus fuerzas la mano de Ladybug y con otra mano se agarró a la pared antes de que Volpina disparara. Veía como su pequeña mariquita gruñía de dolor por la quemaduras de su espalda y pierna. Catnoir intentaba aguantar el peso de los dos con una sola mano pero la suerte no estaba de su lado.

  - ¡No te duermas Ladybug! ¡Aguanta!

  - No vas a poder con los dos Cat.

  - Ya veras como sí. - la voz de Catnoir tembló por un momento algo que ella notó. - ¡Aguanta, por favor!

Incluso en aquel momento tan crítico, Catnoir no era capaz de apartar la mirada en esos bellos ojos azules. Ladybug igualmente se perdió en los brillantes ojos verdes de Cat y sonrió.

  - Catnoir... - la vista de Ladybug empezó a fallar. - Muchas gracias... por todo.

Catnoir se quedó paralizado y con los ojos como platos, no quería creerselo.

Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora