Marinette corrió lejos de su amado compañero sin entender por que su corazón dudaba una y otra vez sobre sus sentimientos y a quien corresponderselos.
Tampoco corrió demasiado ya que no sabía a donde ir. No tenía ganas de volver a la fiesta y menos sin Adrian, y tampoco podía volver a casa ahora.
Toda su vida se estaba desmoronando y no sabía como resorverlo. ¿A quien amaba realmente? Temía mucho amar a la persona equivocada aunque ninguno de ellos la dañó jamás. Sólo le dolía amarlos. A Adrian y a Catnoir. Si tan sólo fueran la misma persona...
El débil maullido de la gatita azulada la sacó de sus pensamientos.
Marinette miró a la gatita y a su lado al pequeño Chatnoir que la miraban a los ojos.
- Oh. ¿Teneis hambre?
Al oir esas palabras los gatitos empezaron a maullar con más ganas. Eso consiguió provocar una pequeña risa en Marinette.
- Parece que eso es un "sí" - rió ligeramente Tikki sacando su cabezita del bolsito de noche de Marinette.
- De acuerdo. Vayamos al supermercado de la esquina. - declaró finalmente la chica.
En el camino al supermercado Marinette se encontraba con muchas parejas y con familias numerosas riendo y hablando animadamente. La chica sonrió ante esas bonitas escenas pero no pudo evitar entristecerse sobretodo al acordarse de su compañero de batalla.
Los recuerdos empezaron a agolparse en la mente de Marinette. Esa tierna sonrisa que sólo él le regalaba tanto cuando era Ladybug como cuando era Marinette. No se quitaba de su cabeza esos hermosos ojos gatunos. Pero luego pensaba en Adrian, en su cálida sonrisa, en sus bonitos ojos... de repente el sentimiento que tenía de que se parecían bastante... no, no, no. Marinette se sacó enseguida esa idea de la cabeza y entró en el supermercado.
Cuando compró un poco de comida para ambos gatos, se sentó en un banco lejano para que nadie viera a Tikki y les dió de comer.
- Menos mal que sólo tenía hambre. - dijo Tikki apuntando a la gatita. - Al final no estaba enferma de gravedad.
- Es verdad pero, de todas formas, Catnoir estaba muy preocupado por ella. - al recordar a su gatito, un semblante triste asomó de nuevo en su cara llenándola de pena y remordimiento. - Oh, Tikki. ¿Por qué es tan difícil?
Tikki la observó y decidió darle ánimos.
- Es muy normal Marinette. Cuando amas mucho a dos personas a la vez, no quieres herir a ninguno de los dos. Pero cuando tienes que elegir a alguno de los dos...
- Hare sufrir a uno de ellos. - dijo apenada con la cabeza gacha. - No quiero hacer eso, Tikki.
- Lo entiendo Marinette, pero piensa que si sigues por ese camino les haras sufrir a los dos. - dijo la Kwami.
Marinette miró a su pequeña Kwami sorprendida por sus palabras. Era cierto que no podía seguir asi con los sentimientos de Adrian y Catnoir. No sería justo para ninguno.
- Tikki. ¿Qué puedo hacer? - preguntó casi desesperada.
- Eso es algo que sólo tú debes decidir.
- ¿Pero cómo?
- ¿Que te dice el corazón? - parece que la Kwami estaba esperando esa pregunta por la seguridad que reflejaban sus palabras.
- Mi corazón esta confuso.
Tikki rió ligeramente.
- Lo único que tienes confusa es tu cabeza, pero para esto no tienes que usar la cabeza, tienes que usar el corazón.
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Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor Diferente
FanfictionDescubrí esta serie aquí en Wattpad pero no quería leer ninguna historia porque quería que lo estrenaran en mi idioma y cuando lo anunciaron me alegre un montón, y eso que ni sabía que me iba a gustar tanto. Por cada capitulo que pasa más me enamora...