El día pasaba y ya era por la tarde en París. Un cielo anaranjado con rasgos dorados inhundaba el cielo transmitiendo alegría, vitalidad y animando a la gente a salir a la calle a disfrutar.
Sin embargo, entre los tejados de la ciudad, viajaba un alma sin percibir las buenas vibraciones que brindaban los colores del hermoso cielo.
La joven superheroina había aportado toda su energia y tiempo para encontrar a Adrian pero después de varias horas seguía sin haber rastro de él. Sabía que no sería fácil encontrarlo ya que, incluso su extricto padre lo buscaba frenetico sin descanso alguno llamando cada cuanto tiempo al mejor cuerpo de policia de la ciudad. Ladybug se sentía derrotada e incluso tuvo que detenerse en una ocasión para que ella y su amiga Tikki descansaran. A Marinette se le había abierto una de las heridas pero no era nada grave, apenas había sangrado, asi que simplemente se la volvió a vendar para que se recuperara. A pesar de todos sus esfuerzos, Marinette no avanzaba con la busqueda. Decidió tomarse en descanso como Ladybug para reflexionar sobre el paradero de Adrian y ya de paso coger aire fresco.
- Sera mejor que tu también descanses, Plagg.
El kwami salió, medio adormilado, de la mochila de Ladybug y se estiró para comer nuevamente un trocito de queso Cambenber, que por cierto, ta iba cinco trozos. Ladybug no se podía creer que el kwami de Adrian comiera tanto.
- ¡Eh Ladybug! ¿Te apetece un poco de queso? - pregunto simpaticamente el gatito.
No hubo respuesta de parte de Ladybug asi que el kwami decidió insistir aunque supiera la razón.
- ¿Que te pasa Ladybug?
- Estoy desesperada. No sé si podremos encontrar a Adrian. - dijo con tristeza.
- Puede que hoy no. - contestó acabándose su queso. - Pero puede que mañana sí.
- No quiero esperar. Quiero que vuelva. No soportaría que le pasara nada malo y que yo siguiera buscando como una tonta. - respondió desconsolada.
Plagg la miró con lástima en sus ojos. Debía intentar animarla como lo hacía Tikki.
- Mira chica, soy un kwami que ha vivido más de cinco mil años y los humanos sois siempre unos ilusionistas. Como suelen decir muchos, la esperanza es lo último que se pierde. ¿No?
La chica enmascarada fijó su vista en el kwami y al poco rato sonrió abiertamente. Atrajo a Plagg con sus manos de la misma forma que lo hacía con Tikki y le dió un besito en la cabezita. El gatito no se quejó, a cambio le regaló una sonrisa algo sonrojado aunque con su pelaje negro era difícil de diferenciarlo.
- Gracias Plagg. Ya me siento mejor.
- Bueno, de nada, pero tengo hambre.
- ¿Más?
- Voy a ir a dar una vuelta.
- ¿A dónde vas? ¡Plagg!
Pero ya era tarde. El kwami ya se había alejado de la vista de Ladybug dejándola con un gran desconcierto.
Plagg se movió rápidamente sin ser visto por los humanos hasta que llegó a una terraza donde había varias flores enjarronadas. Se escondió en una de ellas y observó a la muchedumbre que deambulaba por ahí. El kwami suspiró.
- Que rabia. Por aqui no hay ninguna tienda de quesos.
El kwami tentó por marcharse pero entonces vio a una chica que llevaba un gran bolso blanco y un abrigo de color naranja con pelo pardo en la capucha, a la cual se le cayó el bolso al suelo. Plagg, por alguna razón se quedó observando a la chica y pudo ver su cara. El kwami tuvo que utilizar toda su cordura para no gritar el nombre de la persona que acababa de ver.
- ¡Es Lila! - dijo para sí mismo.
Justo en ese momento sintió como un gran chorro de agua le empapó a él y a las flores donde se ocultaba. Plagg perdió la paciencia y voló para quedar frente a frente con la humana que le había "regado".
- ¿PERO QUE LE PASA? ¿NO SABE MIRAR, AHOGADORA DE GATOS? - gritó enfadado.
La mujer solo gritó y se marchó corriendo dentro de su casa.
- Exagerada. - se sacudió y voló a toda velocidad hacia Ladybug.
Cuando Plagg la encontró le contó todo lo que había visto e inmediatamente, la superheroína de París se puso de camino. Utilizaba su yoyó para pasar desapercibida de los parisinos y sobretodo de Lila, sin embargo, Ladybug sabía que algo no iba bien: Llevaba persiguiendo a Lila quince minutos y notó que habían dado la vuelta por la misma calle. No estaban avanzando.
De repente, la chica empezó a correr y Ladybug la siguió, esta vez más de cerca. Lila volteó la esquina y se metió en un callejón donde había un viejo almacén. Ladybug no dudó en seguirla. Abrió la puerta y enseguida se ocultó detrás de unas grandes cajas. Plagg le seguía por detrás. La chica junto con el kwami escucharon lo que Lila estava diciendo.
- ¡No te lo voy a repetir! ¡Kennéa, cola fuera!
- ¡Lila no vas a poder! ¡POR FA...!
Ladybug salió de su escondite y pudo contemplar la tranformación de Lila en Volpina con sus propios ojos. No se lo podía creer. Lila tenía un kwami.
- Oh no. - Plagg miró horrorizado esa escena. - Kennéa.
- Ella es...
- Sí, es una kwami. Tanto Tikki y yo la conocemos. Es mi amiga. - eso último lo susurró con un nudo en la garganta. Plagg sufría al tener lejos a Adrian y al ver como su amiga era obligada a luchar con tan poca energia y no poder ayudar a ninguno de los dos.
Ladybug miró de frente, decidida, ante Volpina. La morena solo le envió una sonrisa maliciosa.
- ¿Dónde está, Volpina?
- No sé de que me hablas.
- Bien. - la azabache sonrió. - Te sacaré la información por las malas.
Ladybug hizo girar su yoyo para formar un escudo y se abalanzó contra Volpina y ésta lo esquivó sin problemas. Una frenetica batalla había surgido entre ellas. Un terrorifico zorro con sed de venganza y una mañosa mariquita estratega. ¿Quien de las dos saldría vencedora?
El combate entre las dos superheroinas estaban a la par, estaban muy igualadas de fuerza y agilidad. Ninguna de las dos desistía.
Plagg miraba por las alturas para avisar a Ladybug los movimientos de Volpina y ésta, con rabia, lo observó. Saltó lejos de Ladybug e hizo sonar su flauta disparándo al kwami.
- ¡PLAGG!
Ladybug se olvidó de Volpina y fue a por Plagg, que se encontraba tendido en el suelo.
- Plagg no. - la chica soltó una lágrima y cogió al kwami con ambas manos. - Plagg... di algo... lo que séa...
El pequeño gatito se revolvió lentamente y abrió sus ojitos con pereza.
- Ojala...
- Plagg...
El kwami respiró hondo y se sentó mirándo a los ojos a Marinette.
- Me hubiera traido más queso.
Ladybug rodó los ojos mientras sonreía y se secaba las lágrimas, pero enseguida miró con odio a Volpina que intentaba escapar volando, pero sus poderes ya no tenían el mismo efecto y cayó, pero enseguida se puso de pie de nuevo y miró a Ladybug.
- Esta vez no te lo perdonaré Volpina. - la chica dejó su mochila en el suelo y a Plagg encima de la misma.
Ladybug corrió hacia ella sin ningún temor dispuesta atacar.
No apartaba la mirada de los ojos de Lila, la cual no dejaba de sonreir. Eso la enfureció. Corrió aun más rápido al ver que su estupida sonrisa no desaparecía de su cara.
Se detuvo en seco, con la piel algo pálida y sus ojos tan abiertos por la impresión al ver quien apareció en frente de su peor enemiga.
- C... Cat... noir...
Siento haber tardado chicos. Disfrutad del capitulo.
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Las Aventuras De Ladybug Y Catnoir: Una Historia De Amor Diferente
Fiksi PenggemarDescubrí esta serie aquí en Wattpad pero no quería leer ninguna historia porque quería que lo estrenaran en mi idioma y cuando lo anunciaron me alegre un montón, y eso que ni sabía que me iba a gustar tanto. Por cada capitulo que pasa más me enamora...