Prefiero Quedarme Callada

Capítulo 11

Ayer recordé la tarde en que nos informaron que mi padre había fallecido en un accidente en Vancouver, pero eso fue hace mucho tiempo, yo era pequeña así que no siento mucho la perdida de mi padre, casi no convivía con él porque siempre estaba de viaje, sin embargo ese día la noticia fue tan impactante que me desmayé por dos horas. Recuerdo el velorio, mi madre, familia y amigos estábamos vestidos de negro alrededor de una caja café con el cuerpo de mi padre adentro, tenía ciertas marcas del accidente pero estaban ocultas con el traje y el vendaje, también recuerdo cuando mi madre lloraba desconsolada encima de la caja café, y lo que más recuerdo de esas temporadas era esa imagen de mis sueños, mi padre simplemente viéndome mientras se alejaba con una sonrisa de agradecimiento, hay muchas cosas que recuerdo de esos días... pero éstas son las que más me marcaron.

Bajé arreglada para ir a casa de Harry, pasé por la cocina por una manzana y salí de la casa. Caminé recordando las palabras que le había dicho a mi mamá ayer, me duele que por mi culpa tuviera que recordar la perdida de mi padre. Minutos después llegué a casa de Harry. Estoy nerviosa, ¿y si Harry no le dijo la verdad?, ella creerá que soy la novia de su hijo, demonios. Toqué la puerta y segundos después me abrió Anne, genial.

-Hola querida.-sonrió. –Harry está arriba.-

-Gracias Anne.-respondí a su sonrisa. Bueno... no me dijo nada al respecto asi que creo que le dijo la verdad. Subí al cuarto de Harry y toqué su puerta.

-¿Quién?-dijo su hermosa vos profunda.

-Abre la maldita puerta porque no quiero llegar tarde.-escuché su leve risa, en pocos segundos la puerta se abrió.

-No tienes por qué insultar a la puerta.-reí.

-Es ella o insultarte a ti.-entré al cuarto.

-Estúpida puerta.-dijo con voz graciosa.

-Ya, vámonos que se nos hace tarde.-chasqueé mi dedo.

-Sí, sólo una cosa.-caminó hacia su baño.

-¿Ahora qué?-bufé.

-Sólo quiero ver mi cabello.-gritó desde su baño.

-Tu cabello se ve como siempre.- tan bien arreglado, peinado a la perfección y que puede hacer desmayarse a miles de chica con solo pasar a tu lado.

-Claro que no, se ve raro.-seguía en el baño.

-Raro te ves tú haciendo estas cosas.-vi que por fin salió.

-No me ayudes mucho querida amiga.-dijo sarcástico.

-Te ayudo mucho, aunque no lo creas.-sonrió y tomó sus cosas.

Bajamos las escaleras y fuimos a despedirnos de Anne.

-¡Mamá!, ya nos vamos.-le grito afuera de la cocina, no tardo mucho y Anne salió.

-Está bien, Harry. Awww.... Se ven tan lindos juntos, son una buena pareja.-¡¡¿Qué??!!

-P-Pe... pero...-miré a Harry que estaba riendo divertido.

-¡Adiós mamá!-me haló de la muñeca y salimos corriendo de su casa.

-¡Me dijiste que le dirías a tu madre!-le grité estando fuera de su casa.

-Creo que lo olvidé.-sonrió ingenuo.

-¡¿Cómo pudiste olvidarlo?¡-dije con una voz un poco aguda.

-Simplemente lo olvidé.-se encogió de hombros.

-¡Ve ahora mismo y dile a tu madre!-señalé su casa.

-No, vamos tarde.-sonrió victorioso.

-¡Me vale un pepino si llegamos casi terminando clases!, ¡tú le dices a Anne ahora!-sonrió divertido.

-No lo haré.-se cruzó de brazos con una sonrisa.

-¡Harold!-le grité.

-No.-dijo fácil.

-Dile ahora...-estoy perdiendo la paciencia.

-No.lo.haré.- rodé mis ojos.

-¿Por qué?-crucé mis brazos.

-Por...-