Capítulo 27

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  -Sí... soy de otro país.-ladeé mi cabeza.

-¿De dónde?-le pregunté por cortesía.

-De muchos lados, no sabría decirte uno en específico, mi familia se ha mudado muchas veces.-sonreí a medias.

-Debe ser algo abrumador.-se puso a pensar.

-Un poco, nada del otro mundo.-sonrió.

-¿Y cómo fue que llegaste aquí?-fruncí el ceño.

-Los amigos de mis padres, ellos les platicaron sobre esta escuela y del lugar, así que empaqué mis cosas de Colorado hasta aquí.-

-Oh, genial.-reímos por lo bajo.

-Bueno, regresando al tema, ¿la rubia mal teñida de atrás es tu molestia?-al escuchar el apodo de Jena comencé a reír.

-Quizás.-dije entre risas.

-No te presionaré a que me digas, pero si te hace algo, avísame.-me guiñó un ojo. Entre las risas me sonrojé y creo que lo notó, porque sonrió enternecido.

-Gracias Niall.-dije tímida.

Las clases pasaron lentas, Niall siguió a mi lado por el resto del día hasta llegar al receso, no soy tan mala así que no le negué su compañía, de todas formas nadie se iba a sentar ahí, Harry y yo no podíamos pasar el día juntos, ni siquiera como amigos. ¿Por qué?, ese es el problema, ni si quiera yo tengo idea el por qué.

Al salir a la cafetería, pasé por el casillero de Harry para darle un vistazo, tenía que verlo por lo menos de lejos, simplemente no puedo estar sin él todo el día. Al llegar a ese pasillo, me escondí detrás de una esquina que daba una vista perfecta de su casillero, fue cuando lo vi cambiando con un par de libros. Su cara parecía completamente tranquila, concentrado en lo que hacía.

"Vamos _____, tienes que ir con él", "No, no vayas, no quiere que estés cerca", "No seas tonta,él te quiere, no te va a rechazar". Y fue cuando me dije a mi misma... "¡¡CÁLLATE!!". Mi mente tenía un montón de cosas revoloteando como mariposas y no podía pensar con claridad qué debería hacer.

Cuando menos lo esperé, Harry ya estaba en frente de mí con una cara de curiosidad. ¡Mierda!, con todo lo que pensaba ni cuenta me di cuando fue que se percató que yo estaba aquí.

-¿Qué haces?-dijo confundido.

-Ammm... yo...-tragué saliva. –Nada, sólo... espero a Lila.-ladeó su cabeza confundido.

-¿El casillero de Lila no estaba en otro piso?-¡Fuck!

-Emmm... sí... pero...-se cruzó de brazos esperando una explicación. -¡Bueno!, ¿y eso a ti qué te importa?-exageré una reacción de ofensa.

-No quieras jugar a la ofendida conmigo _____, te conozco como a la palma de mi mano.

-¡Ja!, tú nunca observas tu mano, ¡ni cuando las lavas!-alzó las cejas.

-Estoy empezando a creer que me veías desde aquí.-mordí mi lengua un segundo.

-Mentira.-alcé mi mentón para enfrentarlo.

-¿En serio?-se acercó a mí y se inclinó para quedar en frente de mi rostro. El muy maldito empezó a sonreír de manera malévola.

-En... en serio.-dije nerviosa.

-¿Lo seguirás negando?, Si lo niegas te besaré.-avanzó un paso hasta que me dejó contra la pared.

-¿Y qué pasa si lo acepto?-torció una sonrisa.

-Te doy un beso.-dijo fácil. –Queda a tu criterio.-

¿Las neuronas se le quemaron o qué?, bueno... Harry nunca supo hacer buenos tratos. Recuerdo que una vez, hace un par de años, cambió a su Hamster macho por un Hamster hembra que resultó ser macho, ese día estaba muy molesto, tan molesto que se cayó de una ventana y chocó con la piscina sin agua... trágico día.

-Nunca has sabido hacer buenos tratos.-se encogió los hombros.

-Lo sé.-suspiró. –Responde.-rodé mis ojos.

-No. te. estaba.viendo.-le repetí. -¿Vas a besarme?, hazlo.-dije indiferente, pero en el fondo me moría por probar sus labios.

-No.-se alejó.

-¿Por qué?-dije confundida.

-Porque eso es lo que quieres, ¿o me equivoco?-alzó una ceja.

-No quiero besarte.-me crucé de brazos como niña chiquita.

-Como sea, tengo que irme.-dio un paso hacia mí, me dio un corto beso a la mitad de mis labios y se fue.  

Prefiero Quedarme CalladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora