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019 - Clint Barton

Era una misión como cualquier otra. Ahora, S.H.I.E.L.D. se encargaba básicamente de acabar con HYDRA o, al menos, con algunas instalaciones o personas importantes. No solíais ir muchos agentes, (ni tampoco los Vengadores), a veces ibais grupos de dos u otras veces en grupos de veinte agentes.

Te había tocado ir con Clint. Solo vosotros dos. Teníais que ir a una base que presuntamente estaba abandonada, pero para asegurarse, S.H.I.E.L.D. os mandó a los dos.

A Clint no le conocías muy bien, así que no podías decir que te caía mal o bien. Eso sí, era una agente educado, siempre saludaba y nunca se oían quejas de él. Cuando te enteraste que ibas a hacer la misión con él, Clint apareció para hablarte y contarte cosas (Que la directora no te contó) sobre la misión.

Llegasteis a la base abandonada en un jeep negro. Clint rápidamente se fue a un punto alto con su  arco y carcaj* y tú te acercaste a la entrada de la base por una especie de "caminito" entre toda la maleza.

Cuando ya estabas a pocos pasos de la entrada de la base, la puerta oxidada se abrió y cinco hombres salieron. Fue una pena porque realmente parecía que no había nadie en casa.

Levantaste la pistola y disparaste a uno en el pecho tres veces. El sonido de una flecha sonó y le atravesó a otro la cabeza. Un tercero se acercó a ti con un cuchillo. Fácilmente conseguiste quitárselo de la mano e infringirle un corte en la muñeca y después una patada en el pecho, lo que le hizo tropezarse con el que tenía detrás y caer los dos. El quinto hombre se abalanzó hacia ti. Caísteis los dos al suelo. Él te agarró del cuello, pero tú sabías que había un punto exacto de la muñeca que te hacía retorcer de dolor, y si apretabas con más fuerza podía llegar al desmayo. Apretaste con mucha fuerza sobre las dos muñecas. El hombre gritó de dolor y se quiso apartar, pero se lo impediste. Al final acabó desmayado en el suelo.

Sabías que Clint estaba ahora mismo contactando con la central de S.H.I.E.L.D. para que vinieran refuerzos para poder entrar en la base. Te levantaste en el suelo, agitada. Había cuatro cuerpos tirados en el suelo. El quinto hombre fue mucho más astuto que el que se abalanzó hacia ti. Te agarró del cuello sin contemplaciones, con el odio en sus ojos. Rápidamente te quedaste sin respiración. Parecía que el dolor no le inmutaba ya que intentaste hacer lo mismo que el otro, (solo que con menos fuerza) y también tiraste patadas.

Una flecha voló al lado de tu cabeza. Si hubieras estado un milímetro hacia la derecha, te hubiera dado. La flecha se clavó en la cabeza del hombre, que cayó hacia atrás, muerto.

Te giraste y viste a Clint a varios metros lejos de ti, entre la maleza.

Le miraste fijamente a los ojos y susurraste: - Gracias.

*Funda donde se guardan las flechas.