071 - Steve Rogers

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Atención: Es el Steve de los años 40.

-    ¿Lo has hecho tú? – le preguntaste al chico que estaba a tu lado.

Él se giró hacia ti y asintió.

Te acercaste a él y miraste con más atención el dibujo. Él dibujo estaba hecho con lápiz en un blog de notas. Al parecer a él no le gustó tu cercanía porque se alejó. Confundida, te alejaste un poco. Le miraste con atención.

Se sacó un inhalador de su chaqueta marrón y rápidamente inhaló.

Después pareció volver a la normalidad, aunque seguía un poco colorado.

-    Lo siento mucho de verdad – te disculpaste agarrándole del brazo, para que te prestara atención. – No quería-

Al parecer, el ataque de asma le volvió y tuvo que volver a inhalar. Pero en vez de calmarse solo hizo que tosiera como un descosido.

Las personas alrededor de vosotros del parque, se giraron para mirar vuestra escena. Era todo un espectáculo: tú con la cara pálida del miedo y él con la cara roja y colorada, ahogándose.

Un hombre vino al rescate del que se estaba ahogando. Antes de llevarse al hombre lejos de ti, te miró disculpándose.

-

Había pasado una semana desde que conociste a aquel chico que dibujaba bien. No habías vuelto a verlo, y eso que te habías pasado varias veces por el mismo parque.

Ahora estabas en el metro, habías vuelto de la escuela de arte dónde estabas estudiando. Estabas bastante cansada, y hubo varias veces que casi te quedas dormida. Así que, para matar los veinticinco minutos que te quedaban de viaje, te pusiste a mirar a la gente que había en tu mismo vagón. Sería mejor que quedarse dormida y perder tu parada.

Empezaste por la derecha. A tu lado había una abuelita, vestida elegantemente. Tenía el pelo gris, corto y rizado y un sombrero rosa. Tenía sujeto su bolso en su regazo y fulminaba a cualquiera que le mirara directamente a los ojos. En frente de aquella anciana había un hombre regordete vestido de traje.

Y en la otra punta del vagón se encontraba el mismo hombre que encontraste en el parque (y el que casi se muere ahogado). Estaba dibujando. Tenía en su regazo la libreta para apoyarse. También tenía una bolsa con algo. Seguramente algún fruto seco. Tuviste que parpadear varias veces para ver si era real o no. Te levantaste del vagón, y con cuidado, te sentaste a su lado.

Aquel hombre no levantó la mirada del dibujo. Te fijaste mejor en lo que estaba dibujando: era un parque, con su estanque y personas en él.

-    Es, verdaderamente, una obra de arte – dijiste impresionada. El dibujo, aunque estuviera dibujado con lápiz, te transmitía sentimientos cálidos.

El hombre, al oír tu voz, se puso un poco colorado. Levantó la mirada brevemente del dibujo para mirarte a ti y después volvió a mirar al dibujo.

-    Soy Bess – te presentaste. – No tuve la oportunidad de presentarme el otro día.

El hombre asintió.

-    Me gustaría saber tu nombre – le dijiste con una sonrisa.

-    Steve – dijo rápidamente. Se palpó la chaqueta en busca de su inhalador, cuando lo encontró, inspiró varias veces.

Le mirabas con una sonrisa tierna.

-    Encantada de conocerte, Steve.

Él volvió a asentir, con la cara un poco roja. Cogió la bolsita que tenía y te la entregó, para que cogieras. Con la misma sonrisa, cogiste un poco.

Steve te miró con los ojos como platos, tal vez porque serías la primera chica que aceptaba comer un poco. Le sonreíste de nuevo y él te devolvió la sonrisa.

Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora