024 - Wade Wilson

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Y esto va para @Lupita_G15
Espero que te guste : D

- Wade, ya estoy en casa – dijiste mientras cerrabas la puerta principal de vuestra casa. Dejaste la llave en el cuenco, y colgaste tu abrigo y el bolso en el perchero.

Te giraste cuando no oíste ningún ruido. Wade no estaba en el salón, (lo cual era raro ya que se pasaba el día entero en el sofá) y tampoco en la cocina. Llegaste cansada de trabajar por lo que te tiraste en el sofá. Ya vendrá Wade a saludarte, pensaste.

Te sentaste encima de un cojín y notaste como crujía. Y eso, no era normal en un cojín. Te levantaste y quitaste el cojín, para ver un ramo de flores... Secas. Bufaste mientras te levantabas con el ramo en la mano.

- ¿Wade? – le llamaste. – ¿Wade?

- ¿Sí? ¿Pilli eres tú? – Wade salió del pasillo con su traje puesto. Se acercó a ti a darte un abrazo, sin percatarse del ramo de flores. – Llegaste pronto.

- Ya bueno - le interrumpiste. - ¿Me puedes explicar esto?

Le enseñaste el ramo.

- Claro que sí – te quitó el ramo de las manos. - ¡Feliz aniversario!

Te entregó el ramo. Lo cogiste y parpadeaste sin creerte lo que estaba ocurriendo. Sabías perfectamente (joder, él mismo te avisó) de que no era del tipo romántico pero esto era pasarse de la raya.

- ¿Qué? ¿No te gustó el regalo?

- Wade – suspiraste. – Llevamos un año saliendo. Y entiendo que en el aniversario de cada mes me regalaras un buen polvo y una caja de bombones medio mordisqueados. Pero, no sé, un año me parece mucho más importante que esto. – levantaste el ramo seco.

- Lo sé.

- ¿Lo sabes? – repetiste incrédula. – ¿Lo sabes y no haces nada más?

- Pilli, tranquilízate amor. – Colocó las manos en tus hombros y los masajeó. – Hoy ha sido un largo día de trabajo y por eso necesitas descansar.

Te quedaste callada.

Wade te quitó el ramo de flores para dejarlo en el respaldo del sofá (a continuación se cayó). Sacó de la manga (y nunca mejor dicho) una cinta de seda de color negro. Después, sonrió por debajo de la máscara.

- Te vas a poner esto y vas a dejar que te lleve a un sitio.

- Wade, ¿es esta una forma de echar un polvo? Porque sabes que a mí no me gusta no poder ver.

- Pilli, por favor. No todo gira en torno al sexo. Ahora colócate esto.

Suspiraste por su insistencia y le quitaste la cinta de las manos. Te la colocaste, atándotela por detrás.

- Ya – le avisaste.

- ¿No estás mirando?

- Por favor Wade, ¿Qué voy a ver si tengo esta cinta? – en realidad era mentira, podías ver vagamente las siluetas de las cosas.

- Está bien. Ahora dame la mano – levantaste la mano y él te la cogió.

Te llevó escaleras arriba, tropezaste varias veces ya que todo estaba oscuro. Supiste guiarte por tu casa. Entrasteis a la habitación que no tenía utilidad alguna para salir a la terraza de la casa.

- Wade, hace frío – dijiste tiritando.

- Espera un momento – dijo Wade. Wade se alejó de tu lado para entrar de nuevo en casa (seguramente para traerte una chaqueta). El Sol todavía alumbraba, por lo que podías ver las siluetas de lo que había en la terraza. Y, una cosa era segura, la terraza no estaba como antes.

Normalmente la terraza estaba para nada, porque nunca solías estar allí ni llevar cosas. Así que te quitaste la cinta y abriste los ojos como platos:

Wade había subido la mesa y las dos sillas de la cocina. Había colocado un mantel blanco y había esparcido pétalos de tosa por él y por toda la terraza. Había colocado platos sobre la mesa, dos para cada uno, había uno hondo encima de uno llano. Había dos copas de champán. Y una botella de vino. En uno de los platos había una caja de bombones pequeña con forma de corazón, con una nota encima de ella. Y, en una de las sillas había un gran ramo de rosas rojas.

Había puesto sábanas blancas sobre la pared beis de nuestro edificio. Y había cientos de velas repartidas por la mesa, suelo y la barandilla de la terraza.

- ¡Pilli! ¡Tenías que esperarme! – dijo Wade detrás de ti. Te giraste para verle con una chaqueta en las manos. Te lanzaste a sus brazos a abrazarle.

- ¿Hiciste esto tú solo Wade?

- Increíble, ¿verdad? – Wade se separó de ti y empezó a colocarte la chaqueta.

- ¿Y el otro ramo seco? – le preguntaste cuando terminó de colocártela y se acercó a la silla a coger el ramo de rosas.

- Me lo encontré en el armario, además, quería darte una sorpresa.

- No me lo puedo creer – te entregó el ramo de rosas.

- Pues créetelo.

- ¿Dónde está mi Wade? Seguramente seas un robot – dijiste. Él se rió. – Mi Wade no es así.

- Pilli soy yo.

Wade te agarró de la mano que no tenía sujeto el ramo para llevarte hasta una de las sillas. Te sentaste y Wade se sentó en frente tuya. Dejaste el ramo con cuidado en el suelo y te centraste en la caja de bombones en tu plato. Cogiste la nota y la leíste en voz alta:

- Bombones sin mordisquear. Para compartir con Wade - te reíste.

Abriste la caja y la mano de Wade ya se acercó a coger un bombón. Estuvisteis comiendo bombones en silencio hasta que cortaste el silencio.

- ¿Has hecho todo esto para comer bombones? – preguntaste curiosa.

- En realidad, no. Hay algo en el horno aún cocinándose, y como has llegado más pronto de lo normal... - Wade se levantó, te dejó un beso en la mejilla. – Ahora vuelvo, la comida debe estar hecha.

Estabas anonadada. No podías creer que Wade había hecho todo estoy. Wade, el antiromanticismos, te había preparado una gran cena romántica. La pregunta era, ¿qué había preparado para cenar si a él no se le daba bien cocinar?

Pero cuando volvió a la terraza con una caja de cartón con el logo de "Telepizza", bastó como respuesta.

- Ya sabes que no se me da bien cocinar, y como a los dos nos gusta la pizza, voila. – Destapó la caja y la colocó entre los dos platos. La pizza era de carbonara con salsa barbacoa. La que os gustaba a los dos.

Esperaste a que Wade se sentara para coger un trozo de pizza, pero luego la dejaste en el plato, dándote cuenta de algo.

- Pero solo falta una cosa.

- ¿El qué? ¿Qué me olvidé? – Se puso nervioso mirando a su alrededor.

- Quitarte la máscara – le sacaste de dudas.

- Pero no quiero arruinarlo.

- Tu cara no va a arruinar esto - le animaste. – Además, para comer vas a tener que quitarte la máscara.

Wade suspiró, vencido. Se quitó la máscara sin ganas y la dejó en el suelo.

- Gracias - le sonreíste.

Comisteis en silencio, a veces Wade hablaba para decir estupideces (como siempre lo hacía). Al terminar la pizza, Wade se limpió la boca con la servilleta antes de hablar.

- Pilli García, estoy tremendamente feliz de que hayamos estado un año juntos – dijo mirándote a los ojos. – Y espero que sean más. Te amo, Pilli.

Sonreíste sin palabras. No sabías qué decir.

- Y ahora la mejor parte - se frotó las manos. – Un buen polvo.

Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora