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027 - Logan Howlett

Esto va dedicado a @Marslaufeyson que me pidió un OS : D

Te levantaste temprano en la cama para ver que Logan no estaba en ella. Suspiraste. Te levantaste, aún con sueño pero no podías quedarte tumbada en la cama. Había cosas que hacer (cosas que fuiste posponiendo a lo largo de la semana). Te colocaste las pantuflas y la bata, y bajaste las escaleras de tu casa.

Empezaste a ordenar un poco el salón, incluida los platos sucios que dejasteis los dos la noche anterior. Los dejaste sobre la pila y echaste un poco de agua por encima de ellos.

Logan debió de irse por la mañana muy temprano ya que se le olvidó coger las llaves y su móvil. "Genial, ahora no podrás saber donde está", pensaste. Y no, no eras una loca psicópata que se pasaba el día llamando a su novio para ver dónde estaba, no. Había veces que pasaban dos meses hasta que volvías a verle. Y el móvil era la única forma de mantener el contacto (aunque eso no significa que siempre te lo cogiera o te respondiera a los mensajes). Y querías creer que si se había dejado el móvil es porque no iba a tardar en regresar. Eso esperabas.

Colocaste los cojines, que habían quedado tirados en el suelo. Volviste a tu habitación para coger la bata blanca, y luego bajaste las escaleras. Encendiste la cafetera para desayunar tu café diario. Cuando lo terminaste lo dejaste en la pila, junto con los otros platos. Luego metiste todo en el lavavajillas.

Volviste a subir a tu habitación, a coger la bata blanca ya que tenías un poco de frío. De paso, cogiste la carpeta donde tenías todo el papeleo guardado de tu trabajo. Bajaste las escaleras y te sentaste en el sofá con la carpeta en el regazo. Solo te faltaba releer unos documentos para asegurarte de que todo estaba bien y ya habías terminado.

-

El cielo estaba completamente nublado, y el aire movía las copas de los árboles. Te fijaste un poco más en el exterior para ver que estaba empezando a llover. Suspiraste mientras te levantabas del sofá. Cogiste una cesta y te acercaste a la parte trasera de la casa. Tenías que quitar la ropa tendida que dejaste ayer por la tarde para que se secara. Ahora, obviamente no se iba a secar. Abriste la puerta corredera del jardín y saliste. Y lo que viste te hizo tirar la cesta al suelo.

Las sábanas blancas estaban completamente destrozadas. Logan había pasado sus garras por todas ellas. Te acercaste a una de ellas para ver que los arañazos habían hecho una palabra.

Mari.

Después te acercaste a la otra sábana que estaba en la derecha, que también tenía algo escrito.

Te quiero.

Las sábanas se movieron y pudiste ver por un momento que había algo oscuro en la hierba. Moviste las sábanas para ver qué era y cuando lo viste se te cayó el alma a los pies:

Logan estaba ahí sentado de rodillas con un anillo en sus manos. Te tiraste a sus brazos.

- ¿Qué estás haciendo aquí fuera? ¡Te vas a poner malo!

- No sabía cuando ibas a salir a recoger la ropa tendida. Así que me desperté a las seis de la mañana.

- Estás muy loco Logan.

- Loco por ti, Mari. – dijo. Y casi rodaste los ojos de lo cursi que sonó eso. Te separaste un poco de su cuerpo, un poco mojado por la llovizna. – Cásate conmigo.

Te quedaste sin habla mirando el anillo.

- Sé que no estaré siempre aquí, a tu lado. Pero debes de saber que te amo, como nunca he amado a otra cosa y creo que la única forma de demostrártelo es casándome contigo.

Seguías sin habla por lo que solamente pudiste asentir, con un poco de lágrimas de felicidad en la cara. Te colocó el anillo y permanecisteis abrazados en el jardín rodeado de sábanas arañadas y con el día nublado y lloviendo.