041 - Bucky Barnes

10.7K 793 94
                                    

Atención: ESTO LO ESCRIBÍ ANTES DE QUE SALIERA CIVIL WAR POR LO TANTO LOS HECHOS QUE OCURRIRÁN EN ESTE ONE-SHOT NO ESTÁN BASADOS EN LA PELÍCULA.

Terminaste de aclararte el pelo y saliste de la ducha. Te pusiste tu albornoz blanco, y una toalla blanca en la cabeza. Te colocaste las zapatillas de estar por casa y saliste del baño, todo el vapor que había en el baño salió a la habitación.

- Bucky, te toca, - le dijiste.

Bucky estaba sentado en vuestra cama. Tenía la cara cabizbaja y todavía llevaba la misma ropa. Se levantó y pasó por tu lado. Le dejaste un beso en la frente y entró al baño.

Sabías como se sentía. Estaba roto. Las únicas personas en las que confiaba eran en Steve y en ti. Y ahora Steve había muerto. Y todo por la estúpida guerra civil.

Estaba completamente destrozado, uno de los dos pilares que forman su vida (su nueva vida alejado de HYDRA) había muerto. Y te sentías inútil porque no sabías qué hacer. Sabías que le tenías que dejar su espacio. Sin atosigarle. Pero tampoco querías verle caer en una depresión.

Cuando viste que pasó media hora y Bucky no salía del baño, te preocupaste aún más.

Aún seguías con el albornoz, el pelo ya se te había secado y lo habías peinado. Te acercaste a la puerta del baño y tocaste dos veces.

- ¿Bucky? - pero Bucky no respondía. Solo se oía el ruido del agua.

Decidiste entrar, te estaba poniendo de los nervios este silencio.

Al entrar tuviste que entrecerrar los ojos debido a todo el vapor que había en el baño. El cristal estaba empañado pero podías ver la silueta inmóvil de Bucky, que estaba en la ducha. Sin pensártelo dos veces, te quitaste el albornoz y entraste a la ducha con él.

El cubículo era bastante pequeño, no era para dos personas pero a ti te daba igual: tu novio estaba mal y querías consolarlo y ayudarlo.

Lo primero que notaste fue que el agua estaba hirviendo, así que bajaste la temperatura del agua hasta que casi estuviera fría. Bucky estaba ahí de pie, con el alma perdida y su cuerpo mojado por las gotas de agua. Casi toda su piel estaba roja debido al agua hirviendo. Cuando se dio cuenta de que estabas ahí dentro con él, parpadeó. Te lanzaste a sus brazos, a abrazarle. Apoyaste la cabeza sobre su pecho, donde latía su corazón. Tenías las manos alrededor de su cintura y las subiste hasta que quedaron a la altura de sus hombros y apretaste.

Bucky estaba inmóvil, sus brazos no te rodearon pero su barbilla sí que se apoyó en tu cabeza.

- Debería haberle salvado, - dijo en voz baja. – Pude hacerlo, solo tenía que saltar y la bala me hubiera atravesado a mí.

- No... - susurraste. Las lágrimas se empezaban a acumular en tus ojos, - hiciste todo lo que pudiste.

- No. Pude hacer más, pero algo más me paró.

- ¿El qué? – tu voz salía estrangulada, porque estabas evitando llorar.

- Pensé en ti. Pensé que no te volvería a ver y joder, eso fue muy egoísta. – se lamentó. Enteró su cara en el hueco de tu cuello y sus manos cobraron vida, porque se desplazaron hasta tus caderas.

Las lágrimas se escaparon. Acariciaste su espalda de arriba abajo. Tu otra mano se posó en su nuca, y también acariciaste ahí.

- No fue tu culpa.

- No, sí que lo fue. Soy un asesino, - un sollozo se escapó de tus labios la oír eso.

- No lo eres Bucky. Y nunca más digas eso. Tú nunca lo mataste. Nadie lo sabía. Nadie sabía que Rumlow lo iba a matar.

Bucky negó con la cabeza, pero no dijo nada más.

Con la mano que acariciabas su nuca, agarraste el pelo que tenía ahí para levantarle la cabeza y que te mirara a la cara.

- Escúchame Bucky. No eres un asesino porque tú no mataste a Steve, ¿vale? Ni fue tu culpa ni nada. Y no quiero oírte decirlo otra vez.

Bucky se pasó la lengua por los labios y después asintió. Cogiste le gel de ducha y te lo echaste sobre las manos, después pasaste las manos enjabonadas por el cuerpo de Bucky para limpiarlo. Aún tenía la suciedad de aquel desastroso día... Y ya habían pasado tres días.

Primero pasaste las manos por sus hombros, lavaste parte de su cuello y bajaste por sus brazos. Tu mano derecha, (la que agarraba su mano izquierda; de metal) permaneció cogida con la de Bucky. Y la otra mano quitó la suciedad que había desde el hombro hasta sus dedos.

Cuando terminaste con los brazos, con las dos manos empezaste a lavar su torso. Desde las clavículas hasta la V por debajo de los abdominales. Costó más quitar la suciedad, y además de suciedad había heridas y cortes, que no habían sido limpiados en tres días.

Como nunca apagaste la ducha, todo el jabón que tenía el cuerpo de Bucky se fue. Pasaste las manos más veces de las necesarias por sus pectorales y abdominales (Bucky sí que se dio cuenta).

- Media vuelta sargento, - le ordenaste. Él se rió débilmente por ello y se dio la media vuelta. Aunque no fue tan fácil como parecían porque la ducha era muy pequeña para vuestros dos cuerpos.

Colocaste las manos, aún con jabón, en sus hombros. Bajaste hasta sus omoplatos, diste varios círculos, continuaste bajando por sus costados.

- Sabes que puedo ducharme solo – comentó Bucky.

- No te estabas quejando antes, - le respondiste. Él hizo una mueca que perfectamente podía ser una sonrisa.

Continuaste por su columna vertebral hasta su espalda baja. El agua acabó quitando todo el jabón.

- Pásame el champú – le dijiste. Bucky levantó la mirada y cogió el champú que estaba en el estante. Se giró con dificultad y te pasó el bote. Te echaste bastante cantidad en las manos. Bucky apagó el grifo, te quitó el bote de las manos para guardarlo y después se volvió a girar para quedarse mirando hacia ti.

Levantaste las manos hasta su cabeza y empezaste lavar su pelo y a desenredarlo con los dedos. Rápidamente se creó espuma y fue una vista realmente adorable. Encendiste de nuevo la ducha y Bucky echó su cabeza hacia atrás, para que no le cayera el jabón en los ojos.

Seguiste pasando las manos por su cabello para que se aclarara mejor. Terminaste de aclarárselo y después cerraste el grifo.

- Termina de ducharte, y después volvemos a hablar, ¿vale? – Susurraste. Abriste la mampara de la ducha para salir pero su mano en la tuya te obligó a parar.

- No. Ahora mismo quiero estar contigo, necesito estar contigo ahora mismo. Luego puedo ducharme.

Asentiste sin palabras.

Primero saliste tú de a ducha y recogiste el albornoz del suelo, después cogiste una gran toalla blanca y se la pasaste a Bucky, que estaba saliendo de la ducha.

Os quedasteis tumbados por el resto de la tarde en la cama, abrazados y hablando de todo lo que Bucky había vivido con Steve, cómo le defendía y demás (o al menos de lo que se acordaba).

Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora