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109 - Bucky Barnes

Atención: Es el Soldado de Invierno.

- Es imposible que no me reconozcas – te secaste las lágrimas con un pañuelo arrugado. – James, por favor.

James Buchanan Barnes, quien fue nada más ni nada menos tu pareja hace setenta años, está sentado enfrente de ti, en una sala vigilada por muchos guardias. Había sido capturado después de lo de Washington, y la organización que lo había capturado te llamó, para que hablarás con él (o al menos lo intentaras).

Bucky seguía igual. Era la copia exacta de su antiguo yo a excepción de su pelo (que lo tenía por los hombros) y su expresión facial. Había cambiado por dentro, pero por fuera... era el mismo.

Tu James murió cuando cayó del tren, o eso fue lo que te dijeron en su debido momento. Lloraste día y noche. Y ahora, setenta años después, con casi noventa años volvías a estar en frente a él, sentada.

Pero él no te reconocía, y eso era lo que rompía tu viejo corazón. Sabías perfectamente que no eras la misma persona de los Años 40, pero él no te reconocía, ni siquiera cuando dijiste tu nombre: Camila.

- ¿No te acuerdas de mí? ¿Ni de cuando fuimos al futuro en la Expo de Stark con tu amigo? – preguntaste. Él parpadeó inexpresivamente. – James por favor.

- ¿Quién es James? – preguntó confuso. Su ceño aumentó. Esa fue la única expresión facial que conseguiste: confusión.

- ¿Qué te han hecho? – las lágrimas descendían por tus mejillas arrugadas y marcadas por la edad. - ¿qué monstruo te hizo eso?

Ahora sí que llorabas. ¿Y por qué?

Tu amado seguía vivo, cuando te dijeron que había muerto. Nadie lo buscó, nadie le lloró a excepción de ti en todos estos años. En todos estos años, se volvió un arma, le pusieron un brazo de metal y le lavaron el cerebro. Y tu corazón se encogía y se hacía más pequeño porque él no te reconocía.

- Sé que no soy quien era antes – conseguiste hablar entre tanto sollozo. – Soy Camila, y los años me han cobrado factura. No como a ti.

Los recuerdos que ambos vivisteis pasaban en tu cabeza como un flash. Y tu corazón se rompió al saber que personas monstruosas le quitaron esos mismos recuerdos tan bonitos.

- Y sé que aunque recuperes la memoria, lo nuestro no podrá ser. Para cuando la recuperes yo ya estaré muerta, pero James... Yo te quiero, ¿vale? Nunca te olvidé y siempre permanecerás en mi corazón.