Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16

Bucky Barnes

Atención: Bucky de los Años 40.

Madeleine bajó las escaleras lentamente hasta llegar a la entrada de su casa. James le había pedido que eta noche salieran, a algún lado donde pudieran bailar y divertirse.

Abrió la puerta y ahí estaba él, vestido con un bonito traje negro y el pelo peinado hacia atrás. Cuando se abrió la puerta, él se giró para mirar a Madeleine y la sonrió.

-    Estás preciosa hoy – dijo él y Madeleine agachó la mirada con los mofletes sonrojados.

Madeleine llevaba puesto un vestido de color azul claro y una americana del mismo color. Se había puesto el collar y los pendientes de orlas y llevaba el pelo recogido.

James ofreció su brazo, y Madeleine se enganchó a él, después de haber cerrado la puerta de su casa.

-    Janes, sabes que yo no voy a bailar...

-    ¿Y por qué? Sé que nunca lo has hecho, pero aprenderás rápidamente, créeme. Será divertido.

Madeleine negó con la cabeza, pero aún llevaba puesta la sonrisa.

Caminaron hasta lo que era un local para bailar y Madeleine estaba emocionadísima de estar allí y con James.

Una vez que estuvieron dentro, James llevó a su pareja hasta la borra, donde ella se sentó en uno de los taburetes. James levantó la mano, para poder avisar al de la barra cuando otras dos mujeres se engancharon a sus brazos.

Madeleine intentó retener los celos.

-    Oh James, ¡no sabía que ibas a venir! – dijo una de las mujeres.

-    ¡Es verdad! ¡Baila con nosotras por favor! – dijo la otra.

James miró una vez a Madeleine, pidiéndola perdón antes de irse con aquellas dos a bailar. Madeleine agachó la cabeza, un poco enfadada y con celos. Detrás de ella se acercó el camarero por lo que se giró para pedir algo para ambos.

Veinte minutos pasaron y James no se acercó en ningún tiempo a Madeleine. Por lo que ella, bastante enfadada (y con su refresco acabado), se levantó del taburete y caminó sola hasta la salida del bar.

Poco la importaba que fuera un peligro caminar por la noche a solas, pero estaba bastante cabreada (e incluso un poco triste, pero eso no lo iba a demostrar hasta llegar a su casa).

Empujó las puertas de la salida con fuerza y salió de allí; con el ceño fruncido y agarrando fuertemente el bolso. No dio tres pasos hasta que alguien le sujetó del brazo. Se giró, dispuesta a gritar a cualquiera que le molestara cuando vio que era James, su "cita".

-    ¿Por qué te vas, Madeleine? – preguntó haciéndose el tonto. – Pensé que habíamos salido para una cita-

-    ¿Que por qué me voy? Lo siento, pero no me parecía una cita. Ni siquiera sabía que una cita se tratara de que el chico se fuera con otras dos. Si lo hubiera llegado a saber, me hubiera quedado en mi casa – Madeleine interrumpió a James.

James se quedó callado, y Madeleine negó con la cabeza. Dio un tirón, para que James dejara de sujetarla del brazo. Sin decir nada más, Madeleine se fue de allí, y James se quedó parado, sin hacer nada.