- Bruce, cálmate.
- No puedo.
- Inténtalo, por mí – le intentaste calmar.
Bruce estaba sentado en el suelo, con las manos en la cabeza, intentando controlar al otro tío. Te levantaste de su lado, ya que no podías hacer nada para ayudarle.
Os habíais quedado atrapados, los dos solos. Estabais en una misión de encubrimiento y habíais caído en una trampa. El suelo se hundió e hizo que os cayerais los dos. Acabasteis en una fosa, con cuatro metros de altura, luego el techo se volvió a cerrar, y os quedasteis atrapados, a oscuras.
- Se me ha caído el arma, - le avisaste.
Palpaste el suelo con los pies hasta que algo se movió. Lo tocaste con las manos, para comprobar con suerte que era tu pistola. La guardaste y te acercaste a una pared.
Palpando con las manos, ya que no podías ver, te moviste por la habitación. Debía haber una salida, una puerta, una ventana... Algo. Las paredes eran frías, no sabías si era piedra o metal. Palpabas desde arriba (hasta donde llegabas) hasta abajo, a ras del suelo. Habías registrado ya una pared, llegaste a una esquina y empezaste con otra.
- ¿Bruce? – le preguntaste.
- Aquí estoy. Todavía.
Volviste a hacer lo mismo en la otra pared y a la altura de tu cadera había algo, como el pomo de una puerta. Lo moviste, pero no se abría.
- Bruce, he encontrado algo.
- ¿El qué?
- Una puerta. ¿Dónde-? Espera. – te acordaste que tenías un móvil. Fuiste bastante estúpida por no haberlo recordado antes. Lo sacaste del bolsillo y lo encendiste. No había cobertura, pero al menos te servía de linterna. Iluminaste toda la sala. Las paredes eran de metal. Bruce, quien todavía seguía en el suelo, estaba en frente tuya. Te acercaste hasta él y te sentaste de rodillas a su lado.
- Bruce, vamos.
- No, no puedo. Todavía no estoy bien – dijo, todavía con las manos en la cabeza.
- Tú puedes. Vamos Bruce.
- ¡No! No puedo hacerlo.
- Vamos Bruce, confío en ti – le quitaste las manos de su cara y colocaste su mano donde te latía el corazón; fuerte y con seguridad. – Tranquilízate.
Le sujetaste la muñeca, para que no la quitara. Podías sentir el pulso de su muñeca. Subiste la mano hasta colocarla por encima de la suya, notabas como su mano era más grande de lo normal (los dedos mucho más gordos y largos) y que ardía.
Notaste como Bruce apoyaba su cabeza en tu mano, que estaba encima de la suya y de tu pecho. Apoyaste la barbilla en su cabeza. Tomó dos profundos respiros, bajo tu mano podías sentir que su mano encogía un poco, y su temperatura se normalizaba.
- ¿Ya? – susurraste. El asintió.
- Ya.
Fuiste la primera en levantarse. Le tendiste la mano y él la cogió. Caminasteis los dos, aún agarrados de la mano hasta la pared opuesta, donde estaba la puerta.
- Bruce, alumbra, - le diste el móvil. Bruce alumbró la puerta y tu soltaste su mano para agarrar la pistola y disparar en el pomo. El pomo salió volando. Empujaste la puerta, esta cedió y os dejó ver un pasillo con luz blanca.
Al principio esa luz os cegó, pero poco a poco os acostumbrasteis. Te guardaste el móvil. Volviste a coger la mano de Bruce y entrasteis al pasillo, dispuestos a salir de allí.
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Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16
FanfictionOne-Shots de los increíbles personajes de Marvel. #MEAs2016 #MEAs2k16 Comienzo: Semana Santa del 2016. Final: 19-08-16