025 - Thor

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Esto va dedicado a: @AdielStark

Estabas en la habitación que habían dejado para ti sola. Estabas sentada en la cama blanca con el vestido de novia puesto. Te quedaba poco salir. Te quedaba poco para ser legalmente la esposa de Thor.

Se te habían saltado las lágrimas un millar de veces. Todo estaba perfectamente planeado, como ambos quisisteis. No faltaba nada.

Sabías que no deberías estar sentada porque el vestido se arrugaría, pero tampoco podías estar de pie ya que las piernas te temblaban y temías que fallaran y te dejaran caer.

El padre de Thor, Odín, sería el que te llevaría hasta el altar. Lo hubiera hecho tu padre, pero él murió junto a tu madre en un accidente reciente. Sabes que no debes estar deprimida, porque así no lo hubieran querido tus padres en el día de tu boda.

Oyes unos golpes en la puerta y te levantaste rápidamente de la cama, alisando el vestido. Te aclaras la garganta y dices:

-    Adelante. – Esperabas ver al padre de Thor, pero te encontraste con el mismísimo Thor deslumbrante. - ¿Thor?

-    Leida - te dice mirándote de pies a cabeza, casi sin habla. Thor nunca te había visto el vestido y estaba muy impresionado.

-    ¿Qué ocurre Thor? – te acercas a él. Thor, con lo caballeroso que es, te coge de la mano y deja un beso en ella.

-    Ha pasado algo en Asgard. Debo ir - dijo mirando por un segundo al suelo y después otra vez a los ojos.

-    ¿Algo malo? – dijiste asustada. – Sea lo que sea voy contigo.

-    No tienes por qué. Se puede romper el vestido y-

-    Tu traje también. – le recordaste. Thor miró al suelo antes de asentir.

Te agarró de la mano delicadamente para llevarte fuera de la habitación, salir al pasillo y bajar por las escaleras para llegar al recibidor. Por el recibidor deberían pasar todos los invitados, ahí se quitarían los abrigos y seguirían caminando hasta el jardín donde se celebraría la boda. En el recibidor también había un portal. Ese portal servía para que la familia y amigos de Thor llegaran hasta aquí y asistieran a la boda.

-    ¿Crees que nos dará tiempo para la boda? – le preguntaste mordiéndote el pulgar.

-    Por supuesto que sí, Leida. Tenemos todo el tiempo del mundo - te besó la mano.

Aún con las manos entrelazadas, entrasteis en el portal. Te agarraste más fuerte de la mano de Thor cuando notaste un viento frío. Al volver a abrir los ojos, estabais en un lugar que no se parecía en nada a la Tierra. Asgard.

Habías ido una o dos veces a Asgard. Pero nunca fuiste al castillo de Asgard. Thor te había llevado a los parques, o incluso a la pueblerina ciudad pero nunca al inmenso castillo. Thor te guió por los largos e innumerables pasillos, hasta quedar en frente de unas grandes puertas.

-    ¿Qué ha ocurrido? – podías oír un poco de barullo detrás de esas puertas, y eso solo te preocupaba cada vez más.

-    Espera aquí. No te muevas que ahora vuelvo. – respondió Thor.

Te soltó la mano con delicadeza y te besó la mejilla. Entró por esa gran puerta rápidamente, por loq ue no pudiste ver qué había dentro. De inmediato, todas las voces se callaron.

Te quedaste en ese pasillo sola por muy pocos minutos hasta que una aclaración de garganta te hizo levantar la mirada. A tu izquierda, se encontraba el mismísimo Odín, vestido en uno de sus mejores trajes.

-    Odín - dijiste sin creértelo. - ¿Sabe que está pasando?

-    No te preocupes, Leida. Todo está bajo control. - a continuación, te ofreció el brazo, y tú, un poco confusa, entrelazaste vuestros brazos.

Odín te sonrió para calmarte y abrió una de las puertas por las que antes había entrado Thor. En ese mismo momento, empezó a sonar Marcha Nupcial de Wagner. Ambas puertas se abrieron completamente y Odín empezó a caminar, haciendo que tú también caminaras.

No entendías nada. La luz que había en esa sala te cegó por un momento. Cuando poco a poco recuperaste la vista, miraste a todo tu alrededor.

A ambos lados de la sala había largas filas de bancos llenas de gente. Reconociste algunas caras; como tu grupo de amigas, tu familia al principio, incluso reconociste las caras de algunos de los Vengadores. Los músicos estaban a la izquierda de la sala. Odín y tú estabais caminando por una alfombra de color lila, que llevaba hasta un arco lleno de florecitas blancas y lilas. Ahí se encontraba un hombre vestido de negro y... Thor.

Thor te estaba mirando con una sonrisa espléndida, llena de felicidad. Tenía las manos unidas, mientras te veía andar por la pasarela. Ahí fue cuando te diste cuenta de que era la boda. Tu boda.

Pronto llegasteis hasta el altar, viste que en los primeros bancos estaban tus hermanos y abuelos y el resto de la familia de Thor, incluido su hermano, Loki. Las damas de honor llevaban los vestidos lilas que tú misma elegiste, cada una con su propio ramo. Estaban colocadas en cada escalón de la escalera que separaba el suelo del altar. Odín subió dos de los tres escalones contigo antes de pasarle tu mano a Thor, que la cogió y puso un beso en ella. Una de las damas de honor, tu mejor amiga, te pasó un bonito ramo con flores blancas y lilas.

El cura hizo un movimiento con la mano y la música cesó.

-    Nos hemos reunido hoy aquí para – el cura comenzó a hablar.

-    ¿Por qué la boda se celebra aquí? – le susurraste a Thor.

-    Querías un espacio abierto, con bonitas vistas. Aquí lo tienes. – respondió Thor. – Además, no podemos llevarnos a todo Asgard a la Tierra para la boda de sus reyes.

El cura se aclaró la garganta para que dejarais de hablar. Os mantuvisteis calados mientras el cura seguía hablando. Te acababas de dar cuenta, que detrás del altar había un campo abierto. Había largas mesas decoradas con cosas lilas y blancas  y detrás de ello se podía ver casi todo Asgard.

Las piernas te temblaban demasiado, y Thor que te agarraba de as manos, se dio cuenta. Por eso, te agarró de la cintura para que tuvieras un mayor soporte.

No prestabas atención a las palabras que decía el cura. Estabas más ocupada en mirar el perfil de Thor, que asentía cada vez que el cura decía algo. Dijo un "sí" muy seguro y después te miró con una sonrisa. Dejaste de mirarle para mirar al cura, que te estaba mirando.

-    Y tú, - volvió a repetir el cura. – Y tú, Leida, ¿aceptas a Thor como tu legítimo esposo?

-    Sí.

-    Entonces, os declaro marido y mujer. Ya puede besar a la novia.

Thor posó una mano en tu cara y dulcemente te dio un beso.

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