113 - Steve Rogers

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- Natasha, ¿cómo vas?

- Espera – dijo. Se oyeron varios ruidos y después se quedó en silencio. – Sala de máquinas vacía.

- Aaliah informe de misión – habló Steve por el intercomunicador de nuevo. – ¿Aaliah?

Estabas bastante ocupada acabando con unos agentes de HYDRA como para poder responder. Uno te tenía agarrada del cuello mientras que otro cogía una barra de metal. Apoyaste todo el peso de tu cuerpo sobre le que te agarraba por la espalda para darle una patada (con ambas piernas) al que cogía la barra de metal. Aquel hombre cayó al suelo y tomaste tu oportunidad para librarte del de atrás.

Aquel hombre cayó al suelo K.O, y al otro (que aún no estaba K.O) le diste una patada en la cara, que lo dejó dormido.

- Sala de ordenadores vacía – dijiste. Pero no oíste ninguna respuesta.

Te llevaste la mano al oído y ya supiste porque no oíste ninguna respuesta. Era porque tu pinganillo había caído al suelo. Lo recogiste del suelo para ver que estaba completamente destrozado.

Mierda. Ahora no podías hablar con Steve y de seguro que se enfadaría. Steve era, sin duda, demasiado sobreprotector. Se ponía de los nervios cada vez que desaparecías de su línea de visión, y aún más cuando no respondías.

Caminaste por la sala hacia donde estaban los ordenadores. Introdujiste uno de los pendrive y te llevaste toda la información que había en el barco.

Dentro de la sala había como cinco cuerpos en el suelo tirados. Y también estaba tu intercomunicador. Mientras la información se copiaba, te mordías las uñas, nerviosa. Steve se enfadaría contigo un montón.

Una de las puertas que estaban cerradas, se abrieron con un gran golpe que hizo que se estrellara contra la pared de su lado y dejara una marca. Levantaste el arma y apuntaste a quien quiera que hubiera abierto la puerta. El escudo del capitán brilló y bajaste el arma nada más verlo.

Steve estaba ahí, con el ceño fruncido. Bajo el escudo y se acercó a ti. Encogiste los hombros, esperando lo peor: una bronca, una mirada decepcionada. Pero lo que hizo, te dejó más confusa:

Cuando estuvo a pocos pasos de ti, agachó su cabeza y unió vuestros labios en un beso necesitado.

Como él no te agarró, tú tampoco le tocaste, por miedo a que se separara. Steve pasó su lengua por tu labio inferior y después por el superior, y cuando los separaste, él introdujo su lengua. El sonido de vuestras lenguas chocando llenaba el silencio de la sala.

Cuando os separasteis del beso (porque ambos necesitabais el oxígeno), Steve aún mantenía el ceño fruncido pero sus ojos tenían un brillo especial.

- ¿Por qué no respondías? – te demandó.

- Porque el intercomunicador se rompió – lo cogiste de la mesa y se lo enseñaste.

Él lo vio, pero aún así su ceño no se fue.

- Lo siento capitán – susurraste en su oído. – Ya me castigarás cuando lleguemos a casa, pero ahora hay que acabar la misión.

Steve simplemente levantó las comisuras de la boca.

Ambos teníais ganas de que esta misión se acabara. Y pronto.

Imaginas Marvel #MEAs2016 #MEAs2k16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora