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048 - Tony Stark #1

ATENCIÓN: Esto lo escribí antes de que viera Civil War por lo tanto este escenario no ocurre.

Tony salió bastante mosqueado de la junta. Como eres su novia, caminaste detrás de él para poder tranquilizarle.

Tony entró a una sala prácticamente vacía del edificio. Esa sala parecía ser un despacho, solo contaba con un escritorio y tres sillas. Nada más.

- Creo que Steve tiene razón, - hablaste. – Por primera vez estoy de acuerdo con él.

- Hay que aceptar nuestras limitaciones.

- La paz y la justicia no tienen limitaciones, - hablaste. – En el momento que firmes ese Tratado, dejarás de tomar tus propias decisiones y alguien decidirá por ti.

- Pero no podemos dejar que ocurra otra vez lo de Sokovia. – te cortó Tony. – O lo de Nueva York.

- Encontrar la paz y la justicia no es fácil. – argumentaste. – Siempre costará algo. Puede que su precio sea muy alto; pero es la paz. Hay que conseguirla.

- Pero no a cualquier precio. – contestó Tony.

Os quedasteis en silencio, mirándoos a la cara.

- Es la primera vez que no estamos de acuerdo en algo, - dijiste, dándote cuenta. – Qué raro.

Tony asintió.

- Pero ya sabes quién tiene razón, - dijo.

Bufaste.

- No Tony, creo que esta vez Steve tiene razón. – te encogiste de hombros. – No vas a hacerme cambiar de opinión.

- Pensé que me apoyarías en todo. – dijo.

- Yo también pensaba que tú lo harías, - te cruzaste de brazos.

La atmósfera entre los dos se volvió tensa. Ni tú ni Tony ibais a cambiar de opinión. Sabías todo por lo que había pasado Tony (desde Nueva York a Sokovia), pero también sabías que tener a alguien que controlara a los superhéroes sería mala idea.

- Puede ocurrir exactamente lo mismo que pasó con SHIELD. – argumentaste. – Alguna organización maligna podría adueñarse de ese programa y utilizaros como títeres.

- Pero si no se firma el Tratado de Sokovia seremos nosotros mismos los que acabemos con la tierra y con las personas.

- Si firmas ese Tratado perderás la independencia que te otorgaba poder moverte libremente y rescatar a cualquiera. – dijiste, podías notar como tu voz aumentaba el tono. – Perderás lo que todos nuestros antepasados han estado luchando durante miles de años: Libertad.

- Si para salvar al mundo entero hemos acabado con una ciudad entera, no sirve de nada nuestro trabajo.

- Y querrán saber todo de ti, - le cortaste. – no tendrás vida privada. Puede que a ti eso no te importe porque todo el mundo te conoce, ¿pero los superhéroes que quieren mantener un perfil bajo?

- Será mejor que te vayas a casa ya, - dijo Tony bastante serio. – Esto no te incumbe; no eres una heroína.

- Trabajo aquí, - te mordiste la lengua para no decir algo más. – Así que no puedes obligarme a irme.

Os quedasteis en silencio. Ambos intentando bajar los humos un poco.

- Ni tú ni Steve cambiaréis de opinión. ¿Qué final tendrá esto? – susurraste.

- El que deba ocurrir, - dijo alto y claro. – Y si debe ocurrir una guerra, la habrá.

Negaste, sin creer que tu Tony dijera esas palabras.