~Cap. 30

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~Despierta en una pesadilla. 

Un leve sonido molesto fue al principio. De a poco se fue haciendo cada vez más molesto, y de un momento a otro, era como si lo tuviera dentro de mi cabeza. Mi cabeza dolía, tenía ganas de llorar, sin embargo, mi cuerpo no podía responder. Parecieron horas, eternas horas, con ese dolor. Abrí los ojos de golpe, al instante fui segada por la luz. De apoco, me fui acostumbrando a la fuerte luz. El dolor de cabeza fue desapareciendo, pero seguía un tipo de zumbido. Me senté como pude y mire alrededor. Estaba en una celda, la celda de Beth y la mía. La diferencia, era que estaba en la cama de abajo. Arrugue mi frente. ¿No estaba matando caminantes? ¿No había salvado a un niño? ¿Todo fue un sueño? Me destape e intente pararme pero un fuerte mareo me detuvo. Retrocedí y me senté en la cama afirmando mi mano en la cama de arriba. Suspire con fuerza. ¿Que pasó?

-Ella estará bien Glenn, tranquilo, siempre lo esta.— la voz de Hershel se presentó como un murmullo. Glenn entro por la puerta con grandes ojeras y pálido. Levanto la cabeza para verme, esperando que estuviera acostada en la cama. Sonreí y el río. Se acerco y me envolvió en sus brazos. Escondí mi cabeza en su pecho y aspire su aroma. Dios, hace mucho que no lo abrazaba.

-¿Cómo estás? —ambos hablamos a la vez causando la risa de Hershel.

-Hola pequeña. —se acerco hacía mi y beso mi frente. —¿Cómo te sientes?

-Bien... Pero confundida. —arrugue mi frente —No recuerdo muy bien lo que pasó.

-Tranquila, es normal, fue un golpe un poco fuerte...

-¿Que ocurrió?

-Unas personas enfermas se convirtieron... Ellas atacaron a los demás causando más muertes, y que más personas se convirtieran. Tú fuiste a ayudar... Salvaste a muchas personas, fuiste valiente. —Hershel sonrió —Se supone que no habían más caminantes... Y subiste a ver a Glenn... Pero un caminante se te lanzó y ambos cayeron por las escaleras. Te pegaste muchas veces y quedaste inconsciente. Agradezcamos que fue eso y no te mordió ni rasguñó.

Los mire perpleja. ¿Tan mala suerte?

-¿Cuanto tiempo he estado inconsciente?

-Dos días y medios. Casi tres. Ya esta por acabar el día. Bien pequeña, no tienes ningún daño grave, máximo uno que otro moretón pero estarás bien pronto. —Hershel palmeó mi rodilla y nos sonrió antes de irse.

-¿Cómo estás tú? ¿No deberías estar en cama?

-Daryl y el grupo de expedición llegaron a tiempo y trajeron remedios... Ya estoy mejor. Puedo hacer cosas. —ríe  —Ya estas mejor, ya estoy mejor, todo va mejorando en la prisión. Ya vamos a estar bien.

Sonreí. Él tenía razón, todo iba a mejorar.

-¿Sabes? Creo que necesito una ducha.

Glenn me miro con una sonrisa y yo reí.

-¿Puedes sola o llamo a alguien? No sé para que pregunto, voy a buscar a alguien. —Glenn se paro listo a buscar a alguien pero tome su mano impidiéndole que siguiera caminando.

-Tranquilo chinito, puedo sola. —sonreí y camine a buscar ropa. Glenn bufo.

-Coreano. Joder, coreano.

-Ya, lo que digas. Al final son iguales. —seguí molestándolo.

-Ve a bañarte de una vez y calla enana.

Solté una carcajada y le saque la lengua para salir de la celda y caminar hacia las duchas.

-¡Allison Rhee! —una sonrisa de oreja a oreja apareció en mi rostro al escuchar esa voz ya conocida.

The Glenn's SisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora