~Cap. 4

4K 209 32
                                    

  Me encontraba en el comedor tomando mi desayuno, este día me había quedado despierta hasta tarde con Beth, por lo que me levante más tarde de lo normal. Estaba terminando mi tazón con cereales, por lo que me pare y camine hacia la cocina, lave el plato y deje que se secara. Me seque las manos y camine hacía las celdas.

¿Volvería a comer pizzas? Esa era mi comida favorita, en especial las que vendían donde trabajaba Glenn. A veces, cuando acompañaba a Glenn al trabajo, Danna, una señora de cuarenta y cinco años en ese entonces, me regalaba una pizza individual, la que comía a gusto junto con una bebida. Ella me caía muy bien, siempre fue amable conmigo, digamos que no todos los jefes aceptan que sus empleados llevaran a su pequeña hermana al trabajo. Todos allá eran muy buenos. Un día, donde no había mucha clientela, Bob, quien era el encargado de la cocina, me enseño a hacer sus famosas pizzas. Estuve todo el turno de Glenn en la cocina junto a Bob y las cocineras. Cuando cerraron el local, hicimos una pequeña guerra de comida, que luego, tuvimos que limpiar. 

Sonreí al recordar eso tan buenos momentos y iba a levantar la vista cuando caí al suelo. Caí de espalda haciendo que la cabeza rebotara en el suelo y hiciera que un pequeño dolor se ubicara en ella. Solté un quejido y lleve mis manos hacía esta herida. Con mucho cuidado, me intente pararme, aunque no resulto y termine sentada en el suelo quejándome por el dolor que sentía en la cabeza.

-Hey, podrías fijarte por donde caminas idiota.—Levante la cabeza aún con las manos en la cabeza y me encontré con Carl.

-De todas las personas del grupo, ¿tenías que ser tú?—Lo miré con el ceño fruncido a lo que él rodó los ojos.

-Cuidado oficial, si sigues rodando los ojos vas a quedar visco y no podrás proteger a tu pueblo.—Me miro con una cara enojada a lo que yo reí. Mala idea. Mi cabeza empezó a doler un poco más fuerte haciendo que gimiera. Él me miro y rió un poco.

-Volviendo al tema, niño deberías fijarte por donde caminas, por tú culpa voy a tener un chichón en la cabeza.—Lo miré con una cara de pocos amigos a lo que él dejo de reír.

-No jodas, tu fuiste la causante, por tú culpa chocamos y no me digas niño.—Se cruzo de brazos y me miro con el ceño fruncido.

Me pare como pude y me puse en frente de el.—Primero, la culpa fue de los dos a si que no me vengas a echar la culpa. Segundo te digo como quiero niño y tercero, podrías haber sido un poco más caballero me hubieras ayudado a pararme en vez de quedar mirando con una cara de amargado que nadie te la quita.—Enumere con mis dedos y lo mire con una cara enojada.

-Oh dios, no me vengas con estupideces, si tu no hubieras venido todo hubiera sido más fácil. Además que te lo repito, no me llames niño, no me conoces y no lo harás a si que no te metas conmigo. No voy a ser un "caballero" con alguien que me cae horriblemente mal y que va a hacer una carga.

-¿Perdón? ¿Carga? No sabes nada de mi Grimes, nos sabes cuanto tiempo he llevado sobreviviendo sola.—Lo mire más enojada mientras que lo apuntaba con el dedo.

-Se nota. Eres débil, serás una carga y eso va a hacer que retrases al grupo o que tal vez en una emergencia, alguien muera por tú culpa. Vas a hacer una carga.

Reí irónica.—No te preocupes mi vida, creó que estar casi desde el comienzo sola me ha ayudado a sobrevivir. Métete esto en la cabeza niño, se sobrevivir más que tú, no soy una chica que tubo protección como tú, así que déjate de hacerte el gran chico, ¿me entiendes?—Mi dedo chocaba con su pecho haciendo que retrocediera. Él iba a hablar pero me dí la vuelta y empecé a caminar hacía el patio. Llegué hacía él y miré hacia mi alrededor, Hershel, Beth y Carol se encontraba en una banca hablando mientras que cuidaban a Judith, Maggie esta tendiendo un poco de ropa en los cordones, me dirigí hacia ella y me gané a su lado.

-Hola.—Sonreí mientras que me colocaba mi mano arriba de mis ojos para poder verla mejor.

-Hola Allison, ¿Cómo amaneciste? —Preguntó mientras que tendía otra ropa. 

-Pues bien, es un paraíso dormir en una cama.—Reímos. —¿Te ayudo con eso?—Pregunté dirigiéndome a la ropa.

-Si no te molesta, esto agota. —Me sonrió y volvió a tender.

-Maggie, ¿Te hago una pregunta? —Pregunté mientras que tendía.

-Claro, ¿Que ocurre?

-¿Cómo... cómo se conocieron y nació su amor? —Pregunté con curiosidad a lo que ella rió.

-¿Te refieres a tu hermano?—Asentí.—Bien, nosotros estábamos en nuestra granja cuando un amigo de mi padre llego junto con Rick y Carl en brazos. Otis le había disparado a un ciervo, y Carl estaba detrás de este, por lo que la bala lo atravesó. Entonces papá ayudo a Carl y el grupo llegó a la granja. Entre ellos venía Glenn. —Sonrió recordando eso. 

-Wow, pero vamos, no creo que por verse se enamoraran. —Respondí con una ceja alzada, a lo que ella rió. —Oh vamos, dime, ¿Cómo se enamoraron?

-Creo que ya estas grande para esto.—Se mordió el labio antes de seguir.—Un día papa nos mando a buscar remedios para Carl a la farmacia, a si que con Glenn fuimos... Todo empezó como sexo.—Hice una mueca a lo que ella río.—Lo hacíamos así, hasta que simplemente paso. Me enamoré de él y el de mi. Y un día cuando una horda ataco nuestra granja... tuvimos que arrancar. Cada uno salió por su lado y yo me fui con Glenn, estaba muy aterrada y Glenn me confeso sobre su amor.—Sonrió otra vez más.

-Dios, eso fue... raro, pero lindo. ¿Sabes? Siempre me imagine a alguien como tú para Glenn. No quería que fuera una fresa, a si que es lindo tenerte de cuñada.—La miré con una sonrisa a lo que ella me miro y me abrazo. Nos soltamos y pude ver cómo Glenn nos miraba con una sonrisa.

                                                                                               (....)

Estaba sentada en él pasto. Pronto iba a oscurecer y se podían ver lindos colores en el cielo. Todo era paz antes de sentir un típico sonido al que ya me había acostumbrado.

Gruñidos.

Me levante confusa y me encamine hacía este. Me dirigía hacia detrás de unos basureros donde el sonido se hacía más fuerte. Me asome un poco y unos ojos amarillos salieron de la nada haciendo que pegara un grito. Un caminante salio de esos basureros y se lanzó haciendo que cayera y el este enfrente mio. 

-¡Mierda!—grité mientras que empujaba al caminante. Hice fuerza con una mano mientras que con la otra palmeaba mi cadera buscando algún cuchillo o mi pistola.

Nada. Hoy día había dejado todo el la celda, a si que no tenía nada más que hacer que pedir ayuda.

-¡Ayuda! ¡Por favor sáquenlo! —Gritaba con todas mis fuerzas, ya sentía sus dientes rozando parte de mi cuello.

*****

¡Editado!

The Glenn's SisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora