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Voy hacia la casa de mis padres a comer, siempre asisto a mi madre no le dirijo la palabra ni mucho menos la miro a los ojos, tengo mucho resentimiento desde que ella me dejo ahí con esos hombres, lo malo es que la tengo que ver todos los días pero pronto se acabara eso.

-Y bueno hija como estas.-me pregunta.

-Ayer me viste, todos los malditos días de mi puta vida me has visto-.respondo molesta.

-Lo siento.

-Hija, deja de comportarse así con tu madre.

-Es que es la única manera en la que se, tratarla-.sonrió.

-Y bueno como va el negocio, todo bien-.me dice mi padre con una sonrisa-.Te veo un poco cansada haz descansado.

-No... no lo necesito, si tengo pesadillas no puedo dormir, así que no me gusta dormir.

-Está bien, pero necesito que trates de descansar.

-Está bien, papá solo que no es a fuerzas, tú sabes que he tratado pero..-.me interrumpe.

-Lo sé pero veras que esas pesadillas se acabaran.

-Si-.miro a mi madre y ella baja la mirada.

-Debo irme, Camila y Andrea nos quedamos de ver para tomar él té.-dice mi madre.

-Hasta pronto amor-.le dice mi padre y le da un beso y se va.-Dime porque te comportas así con tu madre.

-Algún día que esté preparada, para decírtelo te lo diré.-tomo mi café-.Pero debo irme, iré a ver a Ritchie, me necesita.

-Está bien salúdamelo, a él y a su pequeña.

-Claro papá-.le doy un beso.

Salgo de la casa y me subo a mi camioneta y me dirijo a ver a mi mejor amigo Ritchie, él es uno de las grandes personas que tengo como amigo, siempre ha sufrido él se la ha estado pasando estudiando para darle una mejor vida a su hija y a él, pero igual el gobierno quiere irse sobre de el por protegerme.

Llego a su oficina, es una gran bodega fuera de la ciudad donde guardo algunos autos míos, dinero y mercancía, llego a saludarlo esta con su pequeña, Ritchie es un hombre alto joven ojos color verdes donde se ve su tristeza, al igual su mirada es un chico atractivo intentamos andar pero ambos somos muy rebeldes y no nos fue bien, aunque sabemos que nos llevamos mejor como amigos, porque nos apoyamos al uno al otro y eso es lo importante. Su hija es una pequeña de 6 años ojos verdes como los de su padre le faltan dos dientes de leche ella es güera igual que su padre y ella no tiene cabello, lo ha ido perdiendo durante lo que lleva de su enfermedad y las quimioterapias y desde ahí no le ha crecido.

-Tía Glo.-me abraza-. Te he extrañado, donde te has escondido.

-Hermosa-.la abraso y la beso.-he estado trabajando, lo siento si te he descuidado.

-No te preocupes tía.

-Mira lo que te he traído.

Le enseño una corona de diamantes que le he comprado, ella sonríe y me abraza es lo mejor de traerle regalos, se emociona y me llena de besos y su sonrisa ocupa casi toda su cara.

-Gracias tía.

-Gracias a ti, por regalarme esa sonrisa.-la beso.-Y bueno rich dime que ha sucedido alguna novedad.

-Ha llegado el idiota que mandaste a pedir, y por cierto el FBI, va a mandar a un infiltrado, a nuestra organización.-teclea en su computadora-.Él es William Scott.

La Jefa de JefasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora