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Me despierto los ojos me cala el sol que entra por la ventana, veo la habitación es la de Ritchie, veo el reloj y son las 12:30 pm. Me despierto, carajo tengo una estúpida entrega a la 1:40 pm. Me visto rápido cuando salgo veo a Ritchie hablando por teléfono oigo lo que dice.

-Si lo sé, cuando quiera o cuando puedas.-voltea y me mira.-Si, cuídala, bye.

-Que sucede.-le pregunto.

-Era Nora, se va a llevar a Luna a Disneylandia.

-Vaya, ahora se hace la buena madre.

-Gloria.

-Ricardo.-lo miro.-No quiero discutir, ya me voy tengo negocios por hacer.

-Bien.-se acerca y me besa.-Te amo Gruñona.

Le pego en su desnudo pecho.

-Auh!-se queja.-Vete con cuidado te veo en la noche.

-Si bebe.-le guiño un ojo.

-Te amo.

Salgo de la casa y veo a mis hombres afuera me subo en un auto y me dirijo al taller veo listo a los hombres.

-Señorita gloria.-me abraza y me da un beso en cada mejilla como buen italiano.-Como ha estado.

-Muy bien George y usted.

-Bien, estoy con que me quiero jubilar, pero no quiero y no puedo porque saca uno demasiado dinero.-se ríe.

-Debería tomar todo ese dinero e irse demasiado lejos.

-Es lo que quiero mina, pero no se aun debo pensarlo, que tal su padre, antier nos vimos en el golf y le pague una apuesta.

-George espero que no sea la misma apuesta que la que hizo con tío Lalo.

-De hecho todos festejamos por eso, sabes que los conozco de pequeños y sé que siempre iban a quedar juntos.-se ríe.

-Bien George deja de hablar, te oyes demasiado cursi.-mi padre llega.

-Vaya don juan.-ambos se abrazan.

-Me recuerdan en los viejos tiempos.-me rio.

-Cuando iba a su casa a jugar cartas y ganarle dinero a tu padre.-dice George.

-Sabía que le hacías trampa.-le susurro ambos reímos.-Padre que haces acá.

-Vine a ver qué tal el negocio, y me llego el chisme de que estaba aquí mi hermano George.-le da un apretón de hombro.

-Padre me has arruinado la sorpresa.-me rio.

-Bien no importa, que haces por acá.

-Vengo hacer negocios con tu princesa.

-George, eres viejo y sigues en el negocio.

-No me puedo jubilar, aún tengo fuerzas para lo que sigue.-le dice.

-Bien.-sonríe.

Mientras le enseño algunas armas y algunas cosas para pasar de contrabando y contamos unas historias mientras tomamos unas cervezas y jugamos cartas, al parecer soy demasiada buena en estas cosas, así que les gano tres veces al terminar vamos a casa a cenar y seguir platicando de cómo esta Italia por allá cosa que me gustaría volver, veo mi teléfono que suena y es un número desconocido, así que contesto.

-Halo.

-Hola, Gloria soy Blanca.

-Blanca, dios mío me has dado tremendo susto, que sucede como están.

-Bien, solo que quería que escucharas la primera palabra de Inés.

-Quiero.-sonrió.

-Es tía Gloria.

Se oye que ríe Inés y le responde.

-Papá.

Mi corazón se rompe en mil pedazos y comienzo a llorar, sé que es doloroso para ella y para mí.

-Háblale a Gloria.

-Go... Go.-se ríe.

-Mi bebe hermosa, te extraño, espero que no hagas tantas travesuras.-me rio.

-Go... go...-dice Inés y se ríe se oye emocionada.

-Lamento si te hice llorar Gloria, pero quería que tu oyeras ya que eres parte de mi familia.-me dice.-Gracias por todo.

-Como están.

-Muy bien gracias a ti.

-No tienes que agradecer, pronto iré para el cumpleaños de Inés.

-Aquí te esperare.-me dice.

-Gracias por llamar, mándale un beso de mi parte a ti y a Inés.

-Igual, hasta pronto.-cuelgo.

Me siento en el suelo y comienzo a llorar, me duele saber que ella ya no crecerá con su papá y al oírla decir mi nombre me emociona, porque sé que se acuerda de mí y sé que siempre voy a estar en su corazón, y espero que pronto verla en su cumpleaños número 1.

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La Jefa de JefasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora