La Jefa de Jefas

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Hoy es el funeral de mi madre, todo está preparado para darle su último adiós, cuando la mire detrás del vidrio dela caja de muertos ella tenía la cicatriz de la bala que le puse mientras follaba con el pendejo ese, mi padre todo el día se la a pasado llorando y delirando cualquier estupidez, siempre traigo mis lentes para que nadie me pregunta porque no he llorado, no tengo motivos para volver a llorar. El padre ha hablado y por fin la entierran, y me alejo de toda esa gente que me abraza odio el contacto físico con la demás gente, lo único que me gustan son los abrazos de mi padre y de mi mejor amigo y de su hija.

-Lo siento tanto.-me dice Ritchie.-Sabes que.-lo interrumpo.

-Si ya lo sé, me molesta que me digan eso.-le digo molesta.-Me caga tanto drama, quiero irme a casa ya.

-Se ve que no haz llorado más.

-Para que llorar, toda mi vida he llorado y ya me he cansado de llorar.-lo miro.-Solamente quiero irme a dormir y olvidarme de todo esto.

-Esto, TU lo provocaste.

-Ya era justo y necesario.

-Nunca te voy a poder hacer sentir bien verdad.

-No dime amargada, pero así soy.

-Hija.-se acerca mi padre a mi.-Iré a casa a descansar, espero que llegues a cenar porque necesito hablar contigo.

-De que si se puede saber.

-Algo de padre e hija, cariño.-me dice-.Me voy, te amo y ándate con cuidado.-me da un beso.

-Igual, te amo papi.

Se aleja de nosotros y se sube a su auto con mis hombres.

-Vaya, creo que a la niñita su padre la regañara.

-No seas imbécil.

-Vez eres muy llevada.-sonríe.

Me quedo mirándolo, el mi mejor amigo es muy guapo, alto delgado rubio y ojos miel, dime quien no se derretiría por él, lo malo es que somos amigos.

-Vamos chica, tu nuevo juguete estará en 45 minutos en mi oficina.

-Que juguete.-digo desconcertada.

-El oficial.

-Ha ya, vamos pues.-le sonrió.

Nos subimos a su auto, a él le pago bien gana al mes 1.5 millones de dólares se merece más pero él no lo quiere, tiene una colección completa de autos, pero prefiere guardarlos y salir con su Audi r8 a él le encanta se lo regale el día que cumplimos 20 años de amigos. Llegamos a su oficina y me siento en su silla giro y giro la silla mientras tomo una Coca-Cola con popote y llevo mis lentes de sol puestos, me siento una niña pequeña haciendo estas cosas. Cuando doy el último giro, el detective está al frente del escritorio con una sonrisa tímida y sus ojos azul brillantes es muy joven y muy sexy para la zorra de su esposa, creo que yo podría darle en la madre a su querida esposa acostándome con él, creo que mi juguetito me está encantando.

-Hola soy Gloria.-le sonrió y le doy mi mano.

-Buen día, soy William Scott.-me dice con una sonrisa.

-Ya me habían hablado de ti, Señor Scott, dígame ya no está con los buenos.

-No desde hace más de un año, me despidieron, y no he podido encontrar trabajo es por eso que he venido con usted.

-Estarás aprueba, será el quien este alado mío siempre, iras en la parte trasera junto a mí, mientras te vas enseñando a ser malo como yo.-lo miro-.De acuerdo.