Capitulo 10 - ERROR ¿o no?

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- ¿Te gustan mis ojos Lauren?- pregunto Keith con aquella sonrisa arrogante que lo caracterizaba.

Abrí mi boca para responder, sin embargo, no salio nada de ella. La voz de Harry sustituyo el silencio

- Nos vamos ¿ya?

- Si. - respondí rapidísimo.

- Bueno vámonos. - siguió Anisha.

Salimos del establecimiento y nos dirigimos en busca de los coches.

Keith se monto en su coche y encendió el motor Harry se subió con el, yo hice lo mismo y Anisha me acompañó.

- Sígueme. - ordeno Keith

Lo seguí por todo el trayecto.

.

Habíamos llegado a una casa la cual nunca había visto, supongo que era la de Harry.

Efectivamente acerté. Era su casa. Él bajo del coche de Keith, se despidió de todos y entro.

- Hay que dejar a Anisha - le informe a Keith.

El asintió con la cabeza y me siguió.

Llegamos al frente de la casa de mi amiga nos despedimos y entro.

Nos dirigimos a nuestra casa <"nuestra" si, claro>. Llegamos, estacionamos los coches y entramos.

No había nadie en casa. Recuerdo que mi padre me había informado que había hecho una reservacion de trabajo en uno de esos restaurantes lujosos a los que ellos siempre asistían.

Entre a la cocina y coloque mis cosas en la mesa. Abrí el refrigerador y saque unas galletas de chispas de chocolate, las coloque en el mesón y observe a Keith quien recién entraba en la estancia, tomaba una de mis galletas y me guiñaba un ojo.

- ¿Te divertiste? - pregunto acabándose la galleta

- Si, fue muy divertido, gracias por invitarme... - respondí. - También creo que le hicisteis un favor a Harry y yo a Anisha. - dije sonriendo.

- Sip. - concendio. - Aunque... a ti también.

- ¿Como? No entiendo. - hable medio perdida.

<Tu como siempre>

Keith no opto por responder a mi patética pregunta verbalmente, en vez de eso, sus labios hicieron el trabajo. Acorto la distancia y posiciono sus labios sobre los míos. Al principio, debido a la impresión no respondí, pero luego me deje llevar por su dulce beso, que poco a poco se fue transformando en uno mas salvaje e intenso. Me gusta. Seguí la corriente y me deje llevar por el sincronizado movimiento de nuestras lenguas al rozar.

Todo iba bien hasta que sentí las manos de Keith dentro de mi camisa, tratando de desabrochar mi sujetador. Retrocedí tratando de separarme de él pero fue inútil, sus brazos me tenían acorralada. Forcejee pero eso parece haberlo encendido mas, debido a que profundizo aun mas su lengua, esto ya no era lindo. 

Mi opción final para separarme de él fue morderle el labio inferior muy fuerte. Lo hice.

Retrocedió unos pasos y logre salir de su agarre, probablemente su labio estaba sangrando, no quise averiguarlo. Salí corriendo por las escaleras. Escuche como gritaba mi nombre frustrado, pero mas que todo arrepentido.

Llegue arriba y al doblar me di cuenta de que me seguía, acelere el paso y me encerré en mi habitación. Segundos después allí estaba apoyado en la puerta, tocando, gritando, pidiendo que lo disculpara.

- Lo-lo lamento Lauren no debí hacer eso. Lo siento... de verdad lo siento. - su voz se escuchaba como si de verdad estuviese arrepentido, sin embargo no abrí ni respondí.

Siguió.

- Por favor Lauren, háblame, ábreme, déjame explicarte. Por favor discúlpame, no volverá a suceder. - dijo como último ruego.

Él sabia que yo estaba allí sentada en el suelo, apoyada en la puerta escuchando todo lo que decía.

No sabia que estaba llorando hasta que sentí como una lagrima caía desde mi mentón. Las limpie rápidamente.

Lo escuche abrir y cerrar la puerta de su habitación lo que significaba que ya se había ido.

Escuche un gruñido acompañado de un "soy un idiota" y un golpe en la pared.

Me tomo unos minutos pensar en lo que iba hacer a continuación.

Me levante y entre en la habitación de él.

No noto mi presencia. Se le veía molesto. Estaba sentado en su cama, con la mirada en el suelo y los codos en sus rodillas, las manos en su rostro y su cabello desordenado.

- Si, probablemente lo seas... - hable sobresaltándolo. 

Levanto su mirada y sus ojos conectaron con los míos.

- Lo siento Lauren no debí actuar así. - su mirada estaba tan perdida como arrepentida. Sentí sus palabras como sinceras y quise darle otra oportunidad.

- Si, es verdad Keith, me encantan tus ojos.

El me observo confundido por mi respuesta, obviamente no se esperaba algo así. Lo segundo, lo sorprendió mas. Un beso. Acune su rostro entre mis manos y selle sus labios con los míos. Como en la cocina, al principio dulce y luego salvaje. Tardo unos segundos en responder, luego, tomo el control de la situación.

Nos levanto el suelo y seguimos con el juego de besos y caricias. Me abrazo, pasando sus manos por mi cintura, acariciando mi espalda.

En un ágil movimiento rodee mis piernas entorno a él y me monto en su escritorio. Beso delicadamente mi cuello, mientras que yo arqueaba mi espalda tratando de disfrutar al máximo la sensación.

De imprevisto saco mi blusa, yo en un rápido movimiento saque la de el.

Estaba a punto de desabrochar sus jeans cuando un ruido proveniente de la parte de abajo nos interrumpió.

Ambos abrimos los ojos como platos, mas cuando mi madre grito un "¿Lauren, estas en casa?"

Me apresure a colocar mi blusa, Keith se coloco la suya y se estaba abrochando los jeans. Sentimos unos pasos subiendo por las escaleras, mi corazón se aceleraba cada vez mas y mas.

Trate de peinarme un poco e iba a salir de la habitación cuando Keith me tomo por la muñeca haciéndome girar delicadamente hacia él. Me dio un suave y casto beso en los labios. Salí de la habitación justo a tiempo, abrí y cerré la puerta de la mía, me acosté en la cama haciéndole creer a mi madre que estaba durmiendo, funcionó, y salio tratando de "no despertarme"

Casi no pude dormir esa noche pensando en lo que había ocurrido.

¡Dios! Jamas alguien me había hecho sentir algo así! Jamas pensé sentir un placer tan infinito, tan mágico. 

Pero así era Keith, el provocaba todo eso en mi. Y pensar que lo acabo de conocer...

Me propuse dormir, no quería que nadie me viera con unas ojeras desastrosas mañana en el instituto, no me lo permitiría.

Poco a poco vencí a mi mente y me quede dormida...

(...)

La alarma de mi teléfono me levanto aquella mañana, al instante recordé todo lo de la noche anterior; el cine, el helado, el beso, la locura en la cocina y lo que paso o NO paso en la habitación de el, el chico de ojos mieles, mi inquilino.

Y en ese momento supe que esta seria una larga semana.

***

*Nathalia*

Inquilino♡. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora