En el momento en el que mi madre pronuncio aquellas palabras, deje caer el telefono y caí al suelo arrodillada, Keith se paro inmediatamemte del sofá a recogerme y consolarme con el seño fruncido obviamente sin entender que estaba pasando. Agarro mi telefono y se lo llevo a la oreja luego de colocarlo en altavoz.
- Señora Miranda ¿esta bien? ¿que a sucedido?
- Keith Acabamos de tener un accidente, por favor vengan al hospital, los necesito aqui conmigo, vengan con cuidado y por favor cuida mucho a Lauren. - dice.
- Claro señora vamos para allá..
Se corto la llamada.
Keith me tomo en sus brazos ya que yo no tenia fuerzas ni ánimos para caminar por mi misma, nos metimos en el aparcamiento y él saco su coche. Nos fuimos al hospital.
El viaje fue callado exceptuando los intentos de Keith tratando de consolarme con frases como "todo estara bien ya verás", "no te preocupes no pasara nada", "nada malo ocurrirá Lauren" y mas.
Me encontraba con la cabeza recostada en el vidrio del coche tratando de contener mis sollozos y derramando lágrimas como la propia magdalena, Keith me veía con semblante preocupado, su mandíbula tensa pero sin embargo trantando de hacerse "el fuerte" por ambos y consolarme.
El tambien estaba asustado. No mas que yo, pero lo estaba.
Llegamos.
Entramos lo mas rápido posible por las puertas de cristal del hospital, directo a la recepción en busca de alguien que nos diera algo de informacion acerca de mis padres.
Luego de darle los datos a la chica y que ella nos dijese las habitaciones en donde se encontraban salimos literalmente corriendo a su encuentro.
Subimos por las escaleras hasta el piso 4.
Entramos a la habitación 201 como la chica nos lo habia imformado. Allí se encontraba mi madre, recostada en una camilla, se veía frágil, con rajuños, un moreton en uno de sus pomulos, unos puntos en una de sus cejas y una venda que cubria su frente alrededor de la cabeza. Al vernos se incorporo y sonrio lo mas que pudo.
Salte a su encuentro y la rodee con mis brazos, no pude evitar que una lágrima traicionera resbalara por mi mejilla. Odiaba ver a mi madre de esta manera.
- Tranquila, tranquila. - me consolaba acariciando mi cabello. - todo estara bien no te preocupes. - decía con tono dulce.
Mi madre siguió consolandome unos minutos mas; Minutos en los cuales Keith no dijo ni una sola palabra, estaba sentado en un sofá al lado de la camilla con la mirada perdida, sus ojos rojos, se veía entre molesto, triste, melancolico, como... recordando algo ¿que rayos le pasaba?
Entró un sujeto de no mas de 40 años con una bata blanca, supongo que era el doctor, en ella traía una pequella placa rectangular con el apellido "Chan" plasmada en ella.
De inmediato nos pusimos alertas, su semblante era serio lo cual me preocupó.
Keith fue el primero en hablar.
- ¿Que paso doctor? ¿como se encuentra el señor Foster? ¿esta bien?
- Lamento informarles que no soy portador de buenas noticias, el señor Foster no esta respondiendo como uno quisiese, no muestra mejoria alguna. - dice el doctor, sus palabras forman un nudo en la garganta y mis ojo comienzan a picar.
- Po-podemos pa-pasar a ver-verlo? - pregunto en un hilo de voz, sorbiendo por la nariz tratando de retener las condenadas lagrimas que amenazan por salir un vez mas de mis ojos.
- Si. Claro, seria perfecto que escuchara voces familiares asi quizas se alienta a abrir sus ojos. - dice el doctor Chan.
Asentimos y luego de ayudar a mi madre a levantarse el doctor nos guia hacia la habiatacion en donde se encuentra mi padre.
Entramos. Alli recostado se encuentra. En una camilla, con los ojos cerrados.
El irritante pitido de la maquina me hace remover incómoda.
Odio los hospitales. Pero odio mas el hecho de que mi padre se encuentre en ese estado: Con múltiples tubos por todas partes, una aguja en su mano por la que entraba el suero, un venda que rodea su cabeza, y rasguños y moretones que hacen acto de presencia en su rostro y brazos.
Mi madre se coloco a su lado y lo observo con tristeza, sus ojos se humedecieron, se acerco y deposito un casto beso en sus labios, dijo unas palabras inentendibles para mi puesto que me encontraba en un trance emocional que no me dejaba actuar.
Me acerque a el, tome su mano, acaricie su frente y apoyé mi cabeza en su pecho, lágrimas se escaparon de mis ojos.
- Papa por favor despierta, despierta por favor, no nos dejes solas, necesito a mi padre, te necesito por favor...- dije entre sollozos.
Pasamos la tarde en el hospital, se hizo de noche y el doctor nos recomendó que fuesemos a dormir en nuestras casas yo me negué rotundamente, no lo iba a dejar solo, no allí tan vulnerable.
Luego de mucha platica tratando de convenserme mi madre y Keith lo lograron y despues de todo partimos a casa.
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Hola :)
Aqui les dejo un capitulo.
Disculpen la demora, besos Nathi ^_^
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Inquilino♡. [EN EDICIÓN]
Ficção AdolescenteLauren Foster es una adolescente de 17 años. Ella no sabe que es tener una "necesidad" ya que desde que nació lo tuvo todo. Una pequeña familia que le da amor, una amiga incondicional. Ella es bella y como si fuera poco posee un muy buen corazón. Sí...