Capítulo 56 - El accidente.

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El día siguiente llegó.

- Pequeña... princesa... despierta... - me llamaba alguien, pero yo tenia mucho sueño como para abrir los ojos. - Muñeca, sé que estas despierta. - reconocí la voz de Keith. - Tu teléfono esta sonando, son tus padres quienes llaman - me reincorporé tan rápido que choqué contra la cabeza de él.

Keith me extendió el teléfono de inmediato. 

- ¿Aló? - contesté.

- Hija mía. - habló mi madre. - Nuestro viaje se adelantó, ¿qué te parece? Ya estamos en casa... ¿Y tu, dónde estas?

- ¿E...en la casa? - estaba tan atolondrada por el sueño que creí haber escuchado mal.

- Si sí, ¿tú donde estas? - preguntó, otra vez.

- En casa de Anisha. - respondí. Recordé el plan. Los padres de Anisha... aun no había llegado, tendría que hacerlo sola. - Pero... pero ya voy para allá.

- Ok... - esperó unos segundos. - Cariño, ¿seguro que estas bien? Te escucho algo rara.

- ¿Rara? No, no, solo... algo despistada, estaba durmiendo...

- Ah, con razón. Bien, me despreocupo entonces. Al rato nos vemos, adiós.

- Adiós. - Y colgó.

Llamada finalizada.

- ¿Y bien? - preguntó Keith impaciente.

- Mis padres llegaron a casa... debo ir. Tengo... tengo que saber.

(...)

- ¿Entonces te vas? - preguntó Anisha una vez había alistado todas mis cosas.

- Sí, ya no aguanto más.

- Yo creo que deberías esperar a que mis padres lleguen, ya sabes... nos ayudaran... la cena, de respaldo.

- Opino lo mismo. - coincidió Keith. - No es buen momento, ¿qué si huyen?

- ¿Y qué si se van antes que llegue yo? Chicos... entiéndanme, yo necesito saber. 

- Pero...

- Pero nada. - interrumpí a Anisha. - Entiendo que quizás tengas miedo... Sé que toda esta parafernalia la hicieron para protegerme, pero ya no más. - Keith y Anisha me miraron en silencio. 

- Esta bien. - hablaron al unísono. - Pero... nosotros iremos contigo, ¿ok?

- Como deseen.

(...)

- ¿Estas segura de esto, Lau? - me preguntó por enésima vez Keith.

- ¿Tú que crees? Dios, llevo siglos esperando este momento. 

La blanca puerta de mi hogar se extendía frente mí. La abrí, consciente del sudor en mis manos. Estaba nerviosa ¡Y que sí lo estaba! 

- ¡Mamá, papá! - grité esperando la contestación por parte de alguno. La rabia que días antes había sentid por ellos se había disipado, hoy era un día nuevo, y estaba dispuesta a escuchar todo lo que tuvieran por decirme.

- ¿Cuál es ese alboroto? - respondió mi madre luego de unos segundos saliendo de la cocina. SE retiró el delantal. - Oh, hola Anisha y... Keith. 

- Hola, señora. - respondieron , los dos.

- ¿Y mi padre? - pregunté, directa al grano. Ansiaba salir de esto de una vez por todas. Total, para eso había venido.

- Salió, cariño. - demoró unos segundos en añadir algo más. - Esta muy arrepentido por haberte gritado la otra vez... de verdad.

Inquilino♡. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora