Cap.18-Camino a Francia p.1

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Benjamín era partidario de que se fueran cuanto antes y se las apañaran por el camino pero Sebastián esperaba exponer a Axiuru lo menos posible y retraso la partida varios días haciendo preparativos.

-Con bastantes provisiones podemos evitar las poblaciones grandes, si logramos sacarla de España sin que nadie la vea estaremos bien... ¿Francia tiene inquisidores?

-No, allí la iglesia hace su trabajo sucio personalmente-disfruto unos segundos de su coraje antes de agregar-apapa, la promesa, acuérdate.

Ambos habían prometido empezar a tolerarse por el bien del viaje y el padre Ezequiel había hecho a Sebastián jurar ante la cruz, si es que nada le imprime valor a un juramento como el temor a Dios, Benjamín había prometido guardarse un poquito sus comentarios antirreligiosos para sí mismo pero dejo bien claro que no se podía a callar sus opiniones, en especial si le daban tan buena cancha para una réplica.

-Aun queda ver la alimentación de Axiuru-dijo, cambiando el tema-he podido hacer unas pruebas y descubrir cómo reacciona a diferentes minerales.

-Me vas a tener que contar eso luego-dijo el italiano.

-De momento aprende esto: no le gusta el cobre, el bronce la enferma y la cal hace que se enfrié, lo mejor para su cuerpo es el hierro y necesita unos doscientos gramos diarios.

-¿Ma de donde han sacado ustedes tudo ese hierro?-pregunto, calculando el tiempo que la habían tenido.

-Años de herramientas y ollas rotas que no sabíamos dónde tirar, pero ya se nos están acabando.

-Va bene, io tengo un par de balas de cañón, rendirán lo suficiente.

-¿Por qué tienes dos balas de cañón?

-Perque estaban de oferta-bromeo-¿Nos vamos ia?

Axiuru le hacia la misma pregunta cuatro veces al día pero Sebastián no cedió hasta darse por satisfecho con los preparativos, entonces anuncio que saldrían temprano a la mañana siguiente y los monjes dedicaron las oraciones de esa madrugada a rezar porque tuvieran un buen viaje.

-Gracias por todo lo que hicieron por mi-se despidieron en la puerta.

-Nunca olvides las lecciones que aprendiste aquí-le dijo el padre Ezequiel-que sea el amor y no la violencia lo que guie tu camino desde ahora.

-Así será...nunca los olvidare.

-Ni nosotros a ti, dulce ángel-significaba tanto que él le llamara así que no pudo reprimir el impulso de abrazarla.

-¡Hey, Axu!-Tsami asomo la cabeza-¿bienes o nos quedamos otro mes?

Axiuru se rio, acomodo su habito y subió al carromato, las cuerdas chasquearon, los caballos relincharon y empezaron a moverse, pudo ver por última vez a los monjes despidiéndose antes de que doblasen por el primer recodo del camino.

-Estamos en camino-dijo Sebastián, por su tono se diría que no lo había aceptado hasta entonces.

-¿Qué viene ahí?-pregunto Tsami, mirando hacia afuera.

-¡Ateo!

Allí venia el perro, corriendo como desaforado, alcanzo el carromato y salto dentro, enseguida cubrió de lengüetazos a Axiuru, le había seguido desde Palos y estaba dispuesto a seguirla hasta Francia si era necesario.

-¿Ma que sucede allá atrás?

-Algo que no considere...

-¡Pues te aguantas perque no pienso devolverme!

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora