Cap.13-La Fantástica Orden de Galileo

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Pasado más de un mes existía una pregunta clave que Tsami no lograba contestar, ¿Quién era Benjamín Allegro?

Su benefactor era gentil, divertido y se interesaba genuinamente por todo pero no compartía mucho de si mismo, ella apenas y había logrado rescatar algunos datos: tenia veintiocho pero como era bajito aparentaba menos, amaba el conocimiento y estaba en España buscando miembros para algo a lo que llamaba "La Fantástica Orden de Galileo", una suerte de grupo que se dedicaba a promulgar los beneficios de la ciencia y la técnica y a compartir los nuevos avances para que llegasen a todo el mundo; Benjamín se declaraba fundador y líder, su singular collar era la enseña de la orden y llevaba otros diez de bronce en una cajita para dárselos a los nuevos miembros.

-¿Hay mujeres en la orden?-pregunto Tsami, entusiasmada por el concepto.

-Claro que no-rio, pero se corrigió enseguida-no es que no crea que las mujeres pueden ser inteligentes, ni molto menos, pero io no he conocido ni una.

-Me conoces a mí.

Al italiano se le ilumino la cara pues había estado esperando por ello, Tsami le conto su historia, como funcionaba su pierna de palo, le hablo sobre algunas cosas que había inventado y otras que se le quedaron sin hacer, solo entonces supo que había estado viviendo años por delante de la técnica, algunos de sus inventos eran novedades en Europa y otros solo habían sido concebidos por un compatriota de Benjamín, el brillante artista e inventor Leonardo Da'vinci; claro que Tsami se gano ese mismo día su collar.

Durante las semanas que buscaron indios ella le ayudo a publicitar a la orden, para que no llamara tanto la atención Benjamín le improviso un vestido con tejidos que llevaba para vender y cuando alguien preguntaba por su llamativo color de piel les decía que venía de un lugar en Italia llamado La Toscana que era muy castigado por el sol; ahora viajaban rumbo al convento de San Charbel, donde Tsami esperaba poder darle el ultimo adiós a su amiga Axiuru antes de seguir adelante con su vida.

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Pero como bien sabe el público, Axiuru no ha muerto, ella también daba pasos fuertes aunque vacilantes para volver a vivir.

Su idea original de que la religión española era superchería barata no se le quito enseguida, ese asunto de rendirle culto a una entidad invisible no le convencía, Tolen se habría burlado de semejante practica, y sin embargo mientras más aprendía al respecto más le interesaba; Ezequiel le regalo una biblia pero como aun no leía el idioma debía esperar a sus horas libres para que alguien le leyera un poco, así fue conociendo mejor a todos los monjes del convento.

De todos los que le leían su favorito era Sebastián, no solo tenía muy buena voz para ello sino que era de los pocos dispuestos a discutir los temas.

-¿Qué piensas tú de esto?-le decía cada vez que terminaba un versículo.

Entonces podían pasarse dos buenas horas charlando al respecto; mientras más lo pensaba más asombrada estaba por el parecido del convento con su aldea, ambas eran comunidades pequeñas, pacificas, cautas con los extraños aunque tolerantes al final, el convento tenía un líder sabio y mayor cuya autoridad nadie discutía y que se preocupaba por su gente más que por cualquier otra cosa en el mundo, igual que Tolen, tenía también un ciudadano joven cuyas ideas no calcaban con las de los demás y por eso guardaba una relación entre respetuosa y tensa con Ezequiel, si, Sebastián se parecía muchísimo a Kua'Kua.

-¿Ahora en que piensas?-le vio adquirir ese tono gris de cuando algo la entristecía.

-Sebastián, quiero que me prometas algo-le miro muy seria-prométeme que nunca te vas a enamorar de mi-el otro se le quedo mirando y soltó una sonora carcajada.

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora