Cap.21-El Excéntrico Capitán Lauvor

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En aquella época Paris era, entre otras cosas, la capital mundial de la extravagancia, según Benjamín tenían a un loco ostentando la corona y lo que el rey hacia lo hacia la clase alta, eran un montón de borregos, había que verlos con sus tacones altos, las pelucas blancas y esos polvos que hacían ver a las mujeres como payasos de porcelana.

-Uno pensaría que no tienes muy buena impresión de este país.

-Me frustra que sean los idiotas los que gobiernan desde la cima, unos pocos viven come reyes y el resto muere de hambre.

-No deja de hacerme gracia lo bien que hablas español cuando te estás quejando.

-Búrlate, párroco, ma reserve la primera parada solo para ti.

Fueron a Notredame y si alguno se pregunto cómo se vería Sebastián realmente emocionado allí tuvieron la respuesta, la imponente catedral toco la fibra más honda de su corazón creyente.

-¡Es espectacular!-clamaba, corriendo de un lado a otro.

-Parece niño en festival-dijo Tsami.

-¡Axu, ven!, ¡Mira este vitral!

-¡Espérame!

-Va bene, dos rezos y ya, aun debemos ir con el capitano Lauvor.

En su carta el capitán decía que estaría hospedándose en una posada mientras completaba los preparativos para su expedición, pero Paris no tiene salida al mar asique era difícil adivinar que tanto estaba consiguiendo por allí, en todo caso si deseaban unirse a su viaje tenían ya solo un par de día para llegar antes de que él se marchara al puerto de Brest asique, tras una breve lucha para sacar a Sebastián de Notredame, se dirigieron al lugar.

-Debe ser qui-el carromato se detuvo ante un elegante edificio de dos plantas.

-Estoy muy nerviosa.

-Cúbrete bien-Sebastián le ajusto el habito-y no te separes de mi.

-¿Estás seguro de que tu amigo aceptara a Axiuru tal cual es?

-Lo hará, ma si pone peros le recodare que me debe un favore.

Entraron, su grupo solía llamar la atención allá a donde iban pero la extravagancia francesa generaba un ambiente donde lograban mezclarse, Benjamín se acerco al mostrador y, luciendo nuevamente su excelente francés, pregunto por Francis Lauvor, la posadera sonrió encantada y les pidió esperar en el comedor en lo que le llamaba.

-El vino francés es casi tan bueno como el italiano-ya que estaban allí, comieron-ma su queso es insuperable, a cueste queso le dicen bree.

-Para mí todo es una delicia mientras no sea carne seca.

-Ojala pudiera comer algo aparte de metal.

-Está bien, Axu, apenas pueda me robo un par de cucharas.

-Madonna mía-Benjamín levanto la cabeza y dio un respingo, había un muchacho rubio mirándoles desde la puerta-¡Drake, bonnasera!-por como sonrió se notaba que buscaba verse calmado.

-Herr Allegro-dijo el chico, su acento no era francés y desapareció enseguida.

-¿Quién era ese?-pregunto Tsami.

-¿Recuerdan a cuese mozalbete alemán que me vapuleo?-Sebastián casi se ahoga.

-¿Ese niño?

-¡Caspita, no!-bajo la cabeza, apenado-fue su hermana...ma es una bestia, cuesa mujer.

-Está de vuelta.

El muchacho llego en compañía de un hombre muy bien parecido, alto, cabello castaño, ojos cafés, elegante y galante caballero francés por donde se le mirase, hasta Axiuru pensó, en un instante de nerviosa confusión, que nunca había visto a un humano tan atractivo.

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora