Cap.46-New York, Año 2010

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Axiuru podría haberse quedado viendo la estatua por horas si no hubiera tenido que sumergirse para evitar un barco que por poco la arrolla, mirándolo desde debajo de dio cuenta de que el casco entero era de metal, pero el metal no flota, y la envergadura de la nave estaba a la par de la de la estatua, su mente no lograba concebir la existencia de estructuras tan grandes.

-¿Aun estoy dormida?-se pregunto.

No, su periodo de hibernación había sido un vacio blanco, debía estar despierta, la cuestión era donde, las corrientes debieron arrastrarla a tierras desconocidas.

Iba a tener que arriesgarse con perdonas de Dios sabe que índole y cultura para pedir indicaciones, al menos no demoraría, la costa estaba clarísimamente señalada con torres gigantescas y luces que parecían una constelación a nivel del suelo, de hecho la iluminación era tal que al alzar la vista al cielo nocturno con coso se podían distinguir una cuantas estrellas; se mordió el labio, así no podría usarlas para orientarse como Francis le enseñara.

-Señor, que no sean católicos-pidió.

Nunca creyó sentir deseos de salir del agua pero así era, no porque hubiera pasado mucho tiempo bajo esta sino porque algo se sentía mal con esa agua, estaba demasiado fría, oscura, llenad de desperdicios e incluso por debajo la multitud de barcos la volvía ruidosa, por algo casi no había peces.

-Llego a un muelle semivacío y paso cautelosamente por su lado hasta que localizo a un ser humano, un hombre con ropa extraña que parecía estar pescando, al acercarse más noto que tenia la piel negra, como Carmen.

-¿Esto es África?-ojala le hubiera pedido a Carmen que le hablara de su tierra.

-¿Quién está allí?-dijo el hombre, en un idioma extraño.

-Disculpe-se mantuvo oculta-no quise asustarlo.

-No, no, tranquila-sorpresivamente comenzó a hablar español-buenas noches.

-Entonces si es de noche...disculpe, estoy algo perdida.

-No me digas-seguía buscándole-oye, ¿Dónde estás?

-Aquí abajo, en el agua.

-¡Madre mía!-se levanto de un salto-¿pero qué haces allí, niña?, ¡sal antes de que te de una hipotermia!

Axiuru no sabía que era una hipotermia pero por el tono del otro se le antojo como una bestia peligrosa y se apresuro a tomar las manos que le ofrecía para subir al muelle, no lo habría conseguido sola, aun llevaba la pierna metálica consigo.

-Esta helada-se quito una parte de su atuendo y se la puso.

-Gracias, señor.

-¿Cómo terminaste allí?, ¿te caíste de un barco?

-Algo así-había corrido con la suerte de encontrar a alguien amable, debía aprovecharlo-¿podría decirme en qué país estoy?

-¿País?, ay, no me digas...pues estas en los Estados Unidos, espero que valiera la pena.

-¿Qué valiera la pena?

-¿De dónde vienes?-pregunto, recogiendo sus cosas de pesca.

-Costa Rica.

-Mira tú, tengo vecinos de allá.

-Me separe de mis amigos-debía mantenerse enfocada-debo encontrarlos.

-Ya debió recogerlos la guardia costera.

-No comprendo.

-Mira...ven conmigo, pasa la noche en mi casa, descansa y en la mañana resolvemos esto, ¿te parece?

AxiuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora